viernes, 26 de agosto de 2011

Conectando los Puntos

Por Keith
Existencialismo para Nino de 9 años




Estaba sentado en la mesa con mi hijo mientras este me explicaba que él era estúpido y que no entendía las lecciones en la escuela. Su profesora le dijo que él jamás pasaría de cuarto grado y él estaba seguro de que ella tenía razón.

“Entonces, no eres un mono bueno ¿Cierto?”

“¿Qué? No entiendo,” me dijo él.

“Toma un pedazo de papel y un lápiz, quiero mostrarte algo. Escribe una sola palabra que escojas cada vez que te lo diga.”

Procedí a describir los pasos que comprenden cambiar una correa de distribución de un Pontiac Acadian. Con cada paso yo pausaba y le preguntaba que escoja una palabra y la escriba. Cuando terminé le pedí que cuente las palabras. Su total fue 23.

“Ahora usa cada palabra como una guía, dime como cambiar una correa de distribución.”

Él repitió los pasos a la perfección.

“¿Cuántos niños de tu edad crees que saben cómo cambiar una correa de distribución?”

“Ninguno,” dijo él.

“¿Te sientes estúpido?”

Sonrió y dijo no.

“¿Te sientes inteligente?”

“Si,” dijo él.

“Entonces eres un mono bueno.”

“No soy un mono papá, ¿Qué estás tratando de decir?”

“Verás Zach, lo que yo hice fue entrenarte para que repitas ciertos procedimientos. Eso es lo que hacen los monos. Seguir instrucciones no tiene ninguna relación con ser inteligente o estúpido. ¿Crees que los animales en el circo son inteligentes o que están bien entrenados?

“Probablemente están bien entrenados,” dijo él.

“¿Crees que si yo agarro un látigo y un palo puedo hacerte más inteligente?

“No.”

“¿Crees que te podría entrenar para que seas un mono bueno?”

“Si vas a usar un látigo yo seré lo que tú quieras.”

“Zach ¿Por qué crees que eres estúpido?”

“En realidad Papá, la profesora dijo que yo era estúpido.”

“¿Te dolió cuando ella dijo eso?”

“Si, pero no como un latigazo.”

“Ciertamente… ¿Cuánto tiempo te dolería si te doy un latigazo Zach?

“No sé, tal vez cinco o diez minutos. Si me sacases sangre probablemente me dolería por un par de días.”

“Zach ¿Cuándo tu profesora te dijo que eras estúpido?”

“Hace un par de semanas,” dijo él.

“¿Todavía te duele?”

“Bueno, ahora no, pero tenía miedo de hablar contigo porque pensaba que ella tenía razón. Todo lo que había pensado desde que ella dijo eso es que yo tengo que ser estúpido.”

“¿Te dolió pensar que eras estúpido?”

“Si.”

“¿Por dos semanas?”

“Si.”

“¿Crees que tu profesora es en verdad una profesora o una entrenadora de monos?”

“Papá, a veces cuando me hablas no entiendo y me confundo y pienso que tal vez así son los estúpidos.”

“¿En serio? Toma otro pedazo de papel. Quiero mostrarte otra cosa. OK Zach, supongamos que este pedazo de papel es tu cerebro es más, dibujemos algo que parezca un cerebro. Ahora pon un punto adentro del cerebro e imagina que ese punto es un pedazo de información. ¿Ese cerebro es inteligente?”

“Bueno, no”

“¿De dónde vino esa información?”

“Bueno, yo lo dibuje ahí.”

“OK, hagamos como si ese es un cerebro real. ¿De dónde vino esa información? ¿Vendría de tus ojos, tus oídos?

“Ambos creo.”

“Bien, si y más todavía; tu nariz, tu boca, todos tus sentidos, el tacto, el olfato, el gusto. Todo lo que sucede se convierte en un pedazo de información. ¿Notaste que mi pie está sobre los dedos de tu pie?

“No, pero ahora si lo noté.”

“Tu cerebro lo hizo. Decidió que algo era lo suficientemente importante para decírtelo. Tu cerebro está recolectando información incluso cuando tú no lo sabes. Cuando quieres saber algo tienes que recordarlo.”

“Ahora si estoy confundido Papá.”

“Todo lo que sabes viene de tu cerebro. Es como una biblioteca, pero antes de que puedas saber algo tu cerebro tiene que obtener la información, poner libros en los estantes. Tu cerebro recolecta información toda tu vida y la guarda en tu biblioteca, en tu cerebro. Al igual que en una biblioteca no puedes leer todos los libros al mismo tiempo, entonces cuando te preguntas sobre algo o se despierta tu curiosidad, tu cerebro va a chequear si tiene información para darte. No importa si entiendes algo y no le importa a tu cerebro, este sólo recolecta información. Cuando la necesites ahí estará, si no lo está, entonces tu cerebro va a ayudarte a obtenerla.
Ven conmigo afuera, déjame mostrarte algo. Mira hacia arriba, ¿Qué es lo que ves?”

“Las estrellas y la luna.”

“OK mira para allá ¿vez esas estrellas en una columna? Mira a esas dos estrellas debajo de la línea de estrellas, esa se llama ‘El Cazo.’ Conecta las estrellas con líneas imaginarias. Ahí está la agarradera y ahí está la cacerola. Juntas son una cacerola con una agarradera larga. No hay líneas visibles que se puedan ver pero si las imaginas podrás ver ‘El Cazo.’”

“Si, OK,” dijo él.

“Ahora, si tomas el papel donde dibujamos el cerebro y continúas agregando puntos, donde cada punto representa un pedazo de información, es como la estrella. El único momento en el que importa la información en tu cerebro es cuando conectas los puntos, cuando usas tu imaginación. No es posible ser inteligente o estúpido, sólo es posible imaginar. Cuando imaginas, la información guardada en tu cerebro empieza a conectarse y a interpretarse. Como interpretas las cosas y que significan para ti es sólo para ti, es tu perspectiva, tu visión. A veces cuando imaginas una cosa los puntos en tu cerebro van a conectarse y a mostrarte algo que no esperabas ver. ¿Lo entiendes, Zach?

“Creo que sí,” dijo él.

“No necesitas entender lo que te digo. Lo que entiendas es para ti y cambia de momento en momento. ¿Cómo te sientes Zach?”

“Me siento bien. ¿El abuelo te enseñó estas cosas Papá?”

“Algunas cosas, Zach, el resto lo imaginé, y tu vas a imaginar mucho más. Zach ¿Qué haces cuando te cortas o cuando te lastimas?”

“Me pongo un esparadrapo que me lo da Mamá o tú.”

“Pero ¿Tu no caminas por ahí derramando sangre verdad?”

“No.”

“Cuando te duele adentro ¿Que es lo que haces?”

“Te cuento o le digo a Mamá.”

“Cierto. Ahora ¿Por qué caminas por ahí por dos semanas mientras algo te duele? Escúchame con atención Zach, esto es importante. ¿Recuerdas las veces te has lastimado?”

“Algunas de esas veces,” dijo él.

“¿Recuerdas el dolor que sentiste?”

“No, en realidad no lo recuerdo. Tan solo recuerdo que sucedió, no recuerdo el dolor y las otras cosas.”

“Entonces ¿es posible que tu cerebro no te esté dando acceso a esta información? O ¿es más probable que lo que tu sentiste como dolor fue una experiencia que no puede ser recordada, y tú sólo puedes recordar la conclusión? Tu cerebro no puede guardar lo que sentiste. Tus sentimientos son más como una calculadora y tú sólo recuerdas el resultado de ese cálculo.
Para hacer las cosas más fáciles de recordar, tu cerebro guarda información como buena o mala y decide por ello como debes de sentirte en esa ocasión.”

“Tiene sentido, Papá. ¿Si te sintieses mal tu cerebro guardaría la información como mala?”

“Puede que no recuerdes la información fácilmente porque te recuerde el sentirte mal.”

“Creo que podría ser,” dijo él.

“Si te doy cosas para que guardes, algunas buenas y otras malas ¿Cuáles usarías con mayor frecuencia Zack?”

“Usaría más las cosas buenas.”

“Si tuvieses que guardar estas cosas juntas ¿mantendrías las cosas buenas cerca de las cosas malas o las mantendrías lejos de modo que puedas acceder a ellas más fácilmente?

“¡Por supuesto!”

“¿Crees que tu cerebro podría funcionar de la misma forma para ser más eficiente? ¿Puedes decirme que es ser estúpido?”

“Bueno, no estoy seguro de que es lo que significa eso, pero tenía miedo de que ella tuviese razón.”

“Entonces ahora que sabemos que el sentimiento malo era el miedo y que el miedo era sobre algo sobre ti que no entendías. Porque te sentías mal, a partir de tu miedo, no podías participar libremente en tu trabajo escolar. En lugar de eso pasaste tu tiempo asustado. ¿Qué has aprendido de esta conversación, Zach?”

“He aprendido mucho Papá, ahora se muchas cosas.”

“¿Te sientes bien sobre ti mismo ahora?”

“Si, definitivamente.”

“Tal vez, Zach, lo que sabemos es lo que nos hace sentir bien. Zach, imagina que sabrías si no tuvieses miedo. Imagina que sabrías si controlases la calculadora de tus sentimientos.”

http://www.avoiceformen.com/2011/06/23/connecting-the-dots/

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