lunes, 15 de agosto de 2011

¿Tienes un interruptor Permanente?

Por Keith



¿HAY MUCHO “NO” EN TI?


Voy a tratar de no sonar como un Viejo aquí, pero diablos, bien, tendrán que vivir con eso. Mis años de adolescencia fueron un poco extraños e inicié mi carrera ganándome la vida desde muy joven. Viví en un orfanato hasta dos meses después de mi cumpleaños 16. Sabiendo que la ley me permitiría irme a los 16, deduje que tomaría un riesgo y probaría mi suerte. No miré hacia atrás, miré hacia delante siempre. Voy a avanzar en la historia hacia la parte que importa – ustedes saben, la basura de las relaciones. Disculpen la falta de efectos de sonidos y que mi boca esté seca.

Para ser más ilustrativo tan sólo voy a decir que hay ciertas observaciones que te vas a dar cuenta en el momento en el que el tiempo se acumula en memorias y la comparación de las memorias se vuelve más amplia. Yo vivo en dos mundos y creo que todos lo hacen: el mundo externo de la experiencia y el interno de la reflexión. Mientras más información tienes, resulta en mayor capacidad y mayor amplitud para reflexionar. Por supuesto si eres joven parece ser que el mundo externo de la experiencia tiene mayor influencia sobre tus elecciones en comparación con tu habilidad para reflexionar. Tan sólo necesitas recordar el Acto Uno de tu primera relación o matrimonio deprimente para llegar a ese punto. ¿Quién no mira atrás y se dice “Si tan sólo hubiera sabido”?

La humillación es la avenida rápida para exponer la vulnerabilidad masculina, la cual puede ser la razón por la cual las mujeres usan con tanta rapidez y frecuencia el lenguaje avergonzante.



Mi primera vez fue particularmente odiosa. Yo no era un héroe muy bueno, demasiadas habilidades de vida y sin educación suficiente. En la circunstancia en la que me fui a temprana edad, nunca tuve la oportunidad de terminar el 9no grado, entonces soy un idiota sin educación. Mi aprendizaje es de rango libre, basado en la experiencia y realmente no me conformo con una escuela de pensamiento, obviamente. Soy libre de cualquier indoctrinación conformista con la excepción de mi experiencia.

Yo diría, sin embargo que al mirar hacia atrás, la falta de educación es algo limitante; la estructura de la lógica teorética te da un patio más grande para jugar. La educación vale la pena en el sentido en el que la lógica aprendida te informa de que existen más opciones y ofrece mayor potencial para tomar las mejores elecciones. No es probable que incremente tu destreza física al desarrollar la destreza, la agilidad y la concentración. Lo que tu ganas son más interruptores con la habilidad de señalarte hacia la dirección de un si.

Una vez trabajé en una tienda de muebles, habiendo mentido para obtener el trabajo. Yo sospechaba que el jefe sabía la verdad, pero que le gustaba mi determinación. Se me asigno el trabajo de construir un estante para mostrar partes que llegaron de Alemania para un show. Yo no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo. Tomé medidas de todo, tratando de deducirlo, y corte mis pedazos para la forma externa. Dos de los tipos más viejos me habían estado mirando; ellos sabían que yo estaba mintiendo y se habían reunido en la mesa, susurrando para arriba y para abajo, mirándome y riéndose de mí. No es necesario decir que mi piel se puso roja y la humillación me seguía diciendo que suelte mis herramientas, que coja mi abrigo y me fuera, mientras menos diga mejor.

Realmente luché en ese momento de pelear o volar, la ansiedad apretaba mis venas, mi respiración era difícil. Pensé que me iba a desmallar, pero no lo hice. En un momento me puse de rodillas, miré a los tipos riéndose de mí y pensé “váyanse a la mierda.” Tal vez no sé lo que estoy haciendo, tal vez yo no debería estar ahí, pero cada minuto en que estaba ahí era una oportunidad de aprender la profesión que he elegido. Decidí en ese momento que no sólo sería un constructor de muebles, sería un mago en mi oficio.

Un momento como ese es un interruptor en los hombres, cuando la lucha entre tu persona y tu imagen pueden destruirte. La humillación es una avenida rápida para exponer la vulnerabilidad masculina, la cual puede ser la razón por la cual las mujeres usan con tanta rapidez y frecuencia el lenguaje avergonzante. Lastimosamente los espectadores y los participantes pueden ver esto como simple entretenimiento e influenciar el resultado. Muchos hombres pierden la batalla en estos momentos y la experiencia puede alejarlos o iniciar una cascada de recurrencias. Estos son hombres que remueven sus imágenes de masculinidad para el mundo, con heridas y dolor. Imaginen el efecto en niños jóvenes en nuestra cultura de misandria.

Me pregunto de vez en cuando, cuando veré a un hombre alejarse en silencio si él se encuentra enfrentándose a un no.

En lugar de discutir con él, yo empecé a mirar que atraía su atención y le hice preguntas sobre eso. Ahora yo estaba aprendiendo sobre este hombrecito al que yo amaba tanto.



He conocido y trabajado con un número de hombres jóvenes derrotados de esta forma. La mayoría de ellos eran iliteratos y algunos de ellos eran incapaces de leer o escribir apropiadamente, su valía se veía disminuida y su utilidad era sobre explotada. Yo creo en la pobreza, en la distinción de clases y en la libertad en sí misma no son medias por la riqueza material pero por repetir la resonancia de un “no.” Es claro que hacemos automóviles de mejor forma de la que hacemos gente. Los intereses corporativos preferirían que tu experiencia más común sea la repetición de un “no.” Incluso el poder para comprar un regalo para uno mismo con un “sí,” creo que la mayoría de los consumidores son gente herida que esconde sus heridas.

De hecho con alguna reflexión, puedes entender que la experiencia no es específica a un género. Es una experiencia humana que te pone en contra de las expectativas de tus propios deseos. Las mujeres sufren la misma vulnerabilidad en la hipérbole de la experiencia de género esto es muy común. Como seres humanos tenemos interruptores adentro de nosotros que dirigen el resultado de la experiencia humana. Esta experiencia es lo que hacemos referencia en cuanto al concepto de nosotros mismos. Yo fui asaltada violentamente, si, pero ¿Dónde estaban los interruptores antes de que esto sucediese y donde están ahora? Fui violada, lo entiendo, pero ¿Dónde estaban los interruptores antes y donde están ahora? ¿Quién eres, quien queda y quien arroja los interrupores?

Perdí muchas batallas conmigo mismo en mis años jóvenes, a pesar de las palabras duras e insensibles que venían de parte de mis colegas, mentores, profesores y familia. Algunas las perdí a través de la violencia y la negligencia que ocurre como resultado de una niñez sin poder. En la escuela toqué el clarinete y mi primer instructor dijo que jamás había escuchado a un joven llegar a un tono tan rico. Me cambié ese año así como lo hice tantas veces y no tuve acceso a un clarinete por tres meses. Cuando tomé uno otra vez empecé a tocar, el nuevo instructor me gritó en frente de toda la clase que pare y se refirió a mí como “Johnny una nota.” Nunca toqué otra vez ni asistí a su clase. Ese interruptor se apagó.

Había opciones disponibles y la llamada para mis esfuerzos era algo conocido para mí. Sabía que necesitaba muchas horas a solas con mi amigo el clarinete para volver a conocerlo. Pero el tono y el desprecio del instructor y la risa humillante de mis compañeros eran un callejón sin salida. Me quitó algo que yo amaba de verdad, una armonía y un placer que yo podría crear en soledad y compartir. Era otro campo de experiencia, un recordatorio que el interruptor de un “no,” un pensamiento en una ruta que nunca llegó.

Tenemos en nosotros una guía para la justicia, el placer y el dolor de nuestra experiencia que iguala un sentido de igualdad y seguridad. Frecuentemente es inaccesible para nosotros en la distracción de nuestro ritmo. Lo reemplazamos con los gestos experimentales de esta causa y el efecto y la ambición del momento para lo que es dulce o amargo o malo para nuestros sentidos. Corremos por los caminos de nuestras vidas con la impresión de que más adelante estamos más cerca todo el tiempo, porque estamos corriendo para tener éxito. Pero el verdadero éxito está en la libertad de dirección. Sabemos que no debe y no es necesario que nos lastime, nuestra justicia nos informa de estos. Cuando nos lastima nos alejamos, nos apaga el interruptor, nos lleva a un “no,” y entonces somos desconocidos para nosotros mismos. Nos convertimos en lo que otros quieren que seamos.

Voy a compartir un ejemplo sobre mi hijo de 6 años. Ir a la tienda de juguetes, se convirtió en una experiencia traumatizante; él quería todo lo que veía. Noté que cada juguete se convertía en uan batalla de voluntades. Al final de la experiencia estaba listo para dejarlo ahí, como si todo fuese demasiado agotador y como si él tuviese más energía que yo. Lo que sucedía en realidad era que yo estaba diciendo “no” 20 veces y “si” una sola vez. Lo que me agotaba era el intercambio negativo, la batalla.

Reconocí que mi punto de vista e intenté pensar en una forma de reversar el proceso, una forma en la que yo pudiera decir “si” 20 veces y “no” una sola vez. La próxima vez que fuimos, decidí coger un carrito de compras. Cada vez que él agarraba un juguete, yo le decía ponlo en el carrito de compras. Él estaba impactado y feliz. En lugar de discutir con él, empecé a mira que atrapaba su atención y hacerle preguntas al respecto. Ahora yo estaba aprendiendo que son las cosas que este pequeñito adora. Cuando llegamos a la caja registradora, le dije que todas sus elecciones fueron excelentes y ahora era el momento de elegir cual llevaría a casa. Quedé sorprendido con su voluntad de cooperar. Ahora la juguetería es un lugar positivo donde nuestra imaginación vuela. Su imaginación ya no está restringida por mis “Nos.”

Si mira, puedes ver que la raíz de la violencia cuando has tenido suficiente. No es el golpe que saca sangre o el hueso que se rompe lo que hace que se pierda el control. Este es el fin de la violencia, cuando ha terminado el ciclo y se hacen las conclusiones y se detiene o se hace una pausa en la violencia. Es anticlimático para el proceso y para el hábito, para el flujo constante de “Nos” y tan poca justicia. Esto no lleva a la violencia, porque estábamos rodeados en ella. El flujo de “nos” nos convierte en desconocidos a nosotros mismos. Succiona nuestra esperanza como un vampiro y nos asombramos ante cualquiera que diga si.

Imagina que podríamos lograr si cambiamos nuestro lenguaje para las preguntas simples. ¿Cómo puedo ayudarte a lograr un “si”? Dime sobre tus “nos” y voy a discutir por el “si” a tu favor. Encontremos un camino para lograr tu libertad. Imagina a un profesor que te instruye hacia tu “si,” quien dispensa con los estándares de indoctrinación y el lavado de cerebro y todos los “nos,” y te enseña el “si.” Tu eres un “si.”

Por supuesto que es atractivo y por supuesto que es ingenuo, pero esa es la escencia del “si.” Pero en mi mente así son las cosas. Volar toma gran esfuerzo y me esfuerzo por un “si” en movimiento.

http://www.avoiceformen.com/miscellaneous/do-you-have-a-default-switch/

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