Por Thag Jones
Hice un comentario aquí (http://www.the-spearhead.com/2010/10/08/the-end-of-relationships-where-does-love-fit-in/#comment-46780) y cuando me pidieron si podría expandirme en forma de artículo, hay algunas ideas en cuanto a la forma en la que las mujeres trabajan y como nos han causado problemas en nuestras relaciones con los hombres. He estado leyendo en los blogs de los artistas de la seducción y ellos parecen tener una buena idea de como funcionan las mujeres y eso me ayudó a abrir mis ojos bastante, de modo que debo de dar crédito donde es debido y donde no duele (especialmente a las mujeres) para escuchar a una mujer también, especialmente ya que los artistas en seducción tienden a ser inmisericordes en sus declaraciones.
Esto también extiende mi comentario más reciente () en este tema,
Un comentarista dijo lo siguiente:
El puede ser infiel a su esposa, pero normalmente cuando lo hace el todavía siente un lazo fuerte con su esposa.
A lo cual respondí:
Esta parte es problemática para la mayoría de las mujeres, creo yo. Por otro lado, si queremos a un hombre al que las otras mujeres encuentren atractivo, lo queremos todo para nosotras. Es una especie de atadura doble, porque si percibimos que un hombre no despierta atractivo sexual en otras mujeres, el deja de atraernos a nosotras, pero cuando vemos el si atrae a otras mujeres, nos ponemos locas de celos. Creo que esa es la parte de “valor sexual” del como funcionamos, y porque las mujeres se pelean por un hombre con una valor sexual percibido mayor. Sin mencionar como los artistas en la seducción nos saben hacer funcionar.
Para llevar estro un poco más lejos, esto es algo que yo creo que es algo con lo que la mayoría de las mujeres han luchado – y al definirlo que es no estoy “haciendo trampa” porque duele cuando alguna otra mujer tiene la atención del hombre con el que una está. No hay forma de evitarlo a menos que una tenga una cita o se case con alguien a quien nadie más encuentra atractivo, entonces, por supuesto regresas al viejo problema de que tu no lo encontrabas atractivo tampoco.
Yo no sé cual es la respuesta aparte de sufrir en silencio, lo cual parece ser trágico e injusto para la mayoría de nosotras, sin mencionar que es algo estoico al punto de ser pasado de moda. Pelear en contra de esto no va a solucionarlo, de alguna forma todo lo que queda es aceptar cierto nivel de imperfección. Si pudiésemos obtener la perfección, nos aburriría de manera instantánea en todo caso. También tenemos que pelear con la necesidad de hacer un proyecto de un hombre. Todas sabemos lo que pasa entonces – si somos exitosas en rehacerlo, lo encontramos demasiado maleable y por lo tanto no es lo suficientemente atractivo ni masculino. Si no tenemos éxito, llegamos a la encrucijada en la que tenemos que decidir que es lo que queremos en realidad. Lo que decimos que queremos no significa nada; lo que si importa es lo que hacemos. Las mujeres necesitamos mirar que (y a quien) es lo que hacen para obtener una idea de que es lo que los motiva, sin racionalizar el complejo del “chico malo”. El hombre beta ideal que la mayoría de las mujeres describen es que es lo que definen como práctico, bueno en el largo plazo, estable y así sucesivamente, pero están en negación de sus naturalezas sexuales básicas si dicen que eso las atrae sexualmente. Para el buen hombre beta, sin duda esto puede ser muy doloroso, probablemente más que lo que duele para las mujeres decentes que sus hombres miren a otras mujeres, porque eso habla del núcleo de quien es él, en lugar de hablar sobre su atractivo físico. Hay una diferencia entre expectativas razonables y expectativas irrazonables y las mujeres tienen muchas expectativas irrazonables.
Sentí que era necesario decir, antes de que se me acuse de excusar la infidelidad de un hombre, que es razonable esperar que en una relación contractual (matrimonio o algún acuerdo en una relación que sea exclusivo y de largo plazo) que cada miembro se mantenga fiel al otro y que exista suficiente confianza y confort de que cada miembro siente que el o ella puede admitir las tentaciones y decirlas sin miedo a un ataque. Si eso significa que alguien tiene que quedarse solo para tranquilizarse por un tiempo antes de que la discusión razonable pueda continuar, entonces eso es lo que necesita suceder. Tampoco estoy diciendo de que los amables betas están acabados – esto se trata, creo yo, de que las mujeres sean más honestas consigo mismas (en este momento ya puedo oír toser a algunas de ellas ) para que pueden tomar mejores decisiones basadas en el deseo de una estabilidad al largo plazo. No es que los hombres no hagan esto; ¿Crees que ellos no sienten el deseo de ser infieles y de probar algo nuevo? Pero eso es todo – el deseo por algo nuevo es algo innato en los seres humanos al extremo de que vivimos en una cultura que nos incentiva inmisericordemente al consumismo y a las infidelidades (el éxito de Ashley Madison es un ejemplo muy claro de todo esto).
Una cosa que hay que recordar es que ninguna relación va a ser “perfecta”, sin importar lo que signifique esa palabra. Hay una antigua tradición Zen, si mal no recuerdo, cuando estás pintando una habitación, se deja una parte sin pintar para representar la imperfección de la vida. Es difícil superar el deseo romántico de una relación completamente al compas, en la cual dos personas son como “almas gemelas” que están hechos el uno para el otro – tal vez es inútil intentarlo – pero eso puede llegar tan lejos como llegue el elemento de elegir hacer que la persina esté dentro de nuestra alma. El brillo siempre se agota después de la etapa inicial de la relación y ahí es donde se necesita cierta cantidad de trabajo. Lo que se necesita es un poco de esfuerzo para estar en silencio, sin prejuicios a disfrutar la presencia del otro en silencio.
Van a haber ocasiones en las que vamos a ser un poco flojos y el esfuerzo viene a tirar de nosotros. Así es en todos los aspectos de la vída, el trabajo se vuelve aburrido, criar a los niños se vuelve tedioso, sin embargo nos toca a nosotras levantarnos de alguna forma. Esto requiere la capacidad para el perdón y la humildad, cosa que muchas mujeres les falta en estos días. Hemos sido entrenadas por el establecimiento feminista a creer que nos merecemos cada deseo ridículo y cada capricho cumplido (¡Puedes tenerlo todo!) por el simple hecho de respirar. Humildad y sumisión son vistas como palabras sucias. En cambio hemos tendido a vivir por el dicho de “vengarse”(yo diría “no te enojes, véngate”, pero por Dios que nos enojamos, por lo tanto voy a dejar la primera parte como sobreentendida). El problema es que al hacer esto añadimos más basura al montón y tenemos que vivir con ese montón. También debo de decir que ese no es un comportamiento amoroso.
Tan pronto como nos demos cuenta que hemos sido engañadas por fantasías inalcanzables y como estamos programadas para encontrar ciertas cualidades como atractivas en un compañero, podemos ser más honestas con nosotras mismas y ahorrar tiempo, ahorrar corazones rotos y en muchos casos, ahorrar la ruina a alguno de los compañeros. Yo he cometido mi buen número de errores. Sin duda hay muchas mujeres de mi edad quienes han llegado a la encrucijada de la vida, después de fallas en las relaciones y divorcios, encontrándose solteras y compitiendo con un grupo de mujeres más jóvenes de mujeres disponibles. La proliferación de estas “cougars” habla de que esto, pero no es más que un soplo de ilusión y de desesperación allí y esto es simplemente inútil; además es el paso lógico en el lavado de cerebro feminista en nombre del “empoderamiento”. La idea de competir cn mis hijas por los mismos hombres es algo que encuentro enfermante, pero eso es más o menos lo que tenemos el día de hoy y es patético. La incapacidad de enfrentar la realidad en esta cultura es algo sorprendente en verdad y miro con incredulidad preguntándome: ¿Cuando van a madurar?
Una respuesta posible se da cuando las mujeres jóvenes miran a las mujeres viejas que han vivido como lo hacen ahora, con el cerebro lavado por el feminismo, y como han terminado y llegarán a decidir que no quieren ese destino para ellas. Me gustaría pensar que al escribir y hablar de este problema, puedo llegar a algunas de ellas y aclararles las mentiras con las que las han alimentado sobre el “empoderamiento” para que vean que adoptar los vicios masculinos no les da poder, sino que las esclaviza y las aliena y eso deja a los chicos buenos con pocas opciones salvo olvidar la monogamia y al matrimonio, mira a otras partes o conviertete en un menonita. La resistencia estoica es algo difícil de vender en la cultura actual, pero es algo que vale la pena mencionar y pensar, pro que lo que estamos haciendo ahora ciertamente no está funcionando.
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