sábado, 12 de mayo de 2012

Dejar Atrás a la Izquierda y a la Derecha


Por John The Other

Como un ADH con tendencias de izquierda, he notado que algunos hombres que son actives en el movimiento continúan interpretando el problema de los derechos humanos de los hombres y los niños como un debate entre izquierda y derecha.

Ciertamente es cierto que las doctrinas colectivistas, como montañas termitas, encuentran apoyo ideológica en la filosofía de la Izquierda Política. También es cierto que un gobierno pequeño, libertades personales y derechos humanos de los individuos (en contrario a derechos humanos de colectivos) son ideas que se encuentran en la filosofía política del conservadorismo. Sin embargo.

Sin embargo.

En el panorama político moderno, poblado (En Estados Unidos de América, en todo caso) con políticos, comentaristas, cabilderos, expertos y otros actores Demócratas y Republicanos que usan el lenguaje y la retórica filosófica de la Izquierda y la Derecha, pero etiqueta y toma puntos tan lejanos como esas palabras nos llevan. Fuera de debates inefectivos para la sociedad, no existe cosa semejante como una verdadera filosofía política. Las putas que mienten sonriendo con diferentes grados de encanto en frente de multitudes y cámaras no son hombre y mujeres con convicciones o creencia o cualquier cosas como una filosofía de gobierno, ya sea de izquierda o de derecha. Ellos simplemente son sociópatas bien vestidos, pretendiendo ajustarse a este o a aquel dogma del partido, mientras que son muy bien pagados por los cabilderos para recitar cualquier tontería que sea popular de acuerdo con sus encuestas de mercado. Una vez elegidos, estos zombis sonrientes ya no tienen ningún interés en los que los eligieron o en alguna filosofía política más allá del punto en que a los gusanos les interesan las tasas de interés.

Las filosofías políticas existen, ciertamente, y a la gente le importan esas perspectivas, pero a ninguna de esas personas ocupan actualmente algún cargo público. Aquellos en posiciones de poder les interesa dejar claro que leyeron los slogans correctos desde el teleprompter, entonces votan por cualquier política que los banqueros y las corporaciones, quienes son dueños de estos políticos, quieren.

Para imaginar que la izquierda o derecha política tienen objetivos reales más allá de la perspectiva cancerosa de gobierno desbordante, cada vez más esclavitud pública a través de deuda, y  la erradicación completa de derechos humanos requiere que voluntariamente ignores las políticas aprobadas por ambos partidos durante los últimos 40 años.

Desafortunadamente, muchos, si no es que la mayoría de la gente continúa creyendo en su propio partido a través de ser parte de los procesos políticos. Esto es entendible, puesto que a través de nuestras vidas nos lavan el cerebro con el mensaje de que así es como funciona el gobierno, somos representados por hombres y mujeres honorables, comprometidos a actuar en nuestros mejores intereses a través del voto. Creemos esto porque la alternativa es muy fea.

La alternativa es que al votar, o cualquier otro enfrentamiento no disruptive sin el placebo del sistema político, un show de marionetas inefectivo en el cual las marionetas, operadas por un solo titiritero nos distrae del hecho de que nos están robando, asesinando y vendiendo nuestro gobierno, en masa, como robots designados para pagar deudas colectivas.

Esta es una opción muy difícil de encarar, porque el cambio efectivo de tal sistema requiere dejar atrás la comodidad de nuestra maquinaria política establecida, cancerosa e ineficiente como todos reconocemos que es. Esto significa que cualquier sistema o solución que podamos desarrollar y aceptar, desde la perspectiva presente, es algo desconocido – y para muchos pensadores convencionales – es algo imposible.

La dificultad crear un camino completo a un ambiente desconocido es, en mi opinión, lo que los activistas inteligentes y políticamente sofisticados por los derechos humanos de los hombres y de los niños añaden en su argumento en el contexto del conservadorismo filosófico versus el punto de vista colectivista político. La idea de que existe un sistema político todavía retiene algo de lo que se declara en la retorica pública sobre política.

Desafortunadamente, esto es un punto de vista más optimista de la realidad de la política moderna que la destrucción rutinaria de los seres humanos por nuestras cortes, el sistema educativo y la prensa ofrecen.

Obviamente, para que los hombres se levanten en desafío del sistema actual de deshumanización de los hombres requiere un optimismo poderoso y una voluntad fuerte. Sin embargo, poner confianza en los actores dentro de un sistema demostrablemente corrupto, incluso cuando su retórica pública incluye gobierno pequeño y libertades personales, pero esta fe no se recompensa en un sistema corrupto y fallido.

Es por esto que yo declaro que el movimiento por los derechos de los hombres no es un movimiento que se incline ni a la derecha ni a la izquierda. La infraestructura política de nuestras cortes, gobiernos e instituciones políticas son un cadáver pudriéndose sin ninguna utilidad excepto mantener un parasitismo constante sobre el público, y la exclusión forzosa de la innovación en el progreso humano.

Actualmente, este es uno de los motivadores del creciente movimiento de MGTOW (hombres que van por su propio camino). Hombres que se salen de un sistema el cual lo ven como no funcional. Esto tiene el beneficio obvio de proteger a los hombres de la depredación y del canibalismo en un sistema que no considera la humanidad de los hombres, y considera solamente la utilidad de los hombres. Sin embargo, un grupo creciende de hombres en la sociedad toman sus propios ingresos y utilidades lejos de la mesa para que los ladrones y explotadores de una organización política cancerosa y están reestructurando el ecosistema en el cual los gobiernos fallidos se alimentan y prosperan.

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