Por John The Other
Como un ADH con tendencias de izquierda,
he notado que algunos hombres que son actives en el movimiento continúan
interpretando el problema de los derechos humanos de los hombres y los niños
como un debate entre izquierda y derecha.
Ciertamente es cierto que las
doctrinas colectivistas, como montañas termitas, encuentran apoyo ideológica en
la filosofía de la Izquierda Política. También es cierto que un gobierno
pequeño, libertades personales y derechos humanos de los individuos (en
contrario a derechos humanos de colectivos) son ideas que se encuentran en la
filosofía política del conservadorismo. Sin embargo.
Sin embargo.
En el panorama político
moderno, poblado (En Estados Unidos de América, en todo caso) con políticos,
comentaristas, cabilderos, expertos y otros actores Demócratas y Republicanos
que usan el lenguaje y la retórica filosófica de la Izquierda y la Derecha,
pero etiqueta y toma puntos tan lejanos como esas palabras nos llevan. Fuera de
debates inefectivos para la sociedad, no existe cosa semejante como una
verdadera filosofía política. Las putas que mienten sonriendo con diferentes
grados de encanto en frente de multitudes y cámaras no son hombre y mujeres con
convicciones o creencia o cualquier cosas como una filosofía de gobierno, ya
sea de izquierda o de derecha. Ellos simplemente son sociópatas bien vestidos,
pretendiendo ajustarse a este o a aquel dogma del partido, mientras que son muy
bien pagados por los cabilderos para recitar cualquier tontería que sea popular
de acuerdo con sus encuestas de mercado. Una vez elegidos, estos zombis
sonrientes ya no tienen ningún interés en los que los eligieron o en alguna
filosofía política más allá del punto en que a los gusanos les interesan las
tasas de interés.
Las filosofías políticas
existen, ciertamente, y a la gente le importan esas perspectivas, pero a
ninguna de esas personas ocupan actualmente algún cargo público. Aquellos en
posiciones de poder les interesa dejar claro que leyeron los slogans correctos
desde el teleprompter, entonces votan por cualquier política que los banqueros
y las corporaciones, quienes son dueños de estos políticos, quieren.
Para imaginar que la izquierda
o derecha política tienen objetivos reales más allá de la perspectiva cancerosa
de gobierno desbordante, cada vez más esclavitud pública a través de deuda,
y la erradicación completa de derechos
humanos requiere que voluntariamente ignores las políticas aprobadas por ambos
partidos durante los últimos 40 años.
Desafortunadamente, muchos, si
no es que la mayoría de la gente continúa creyendo en su propio partido a
través de ser parte de los procesos políticos. Esto es entendible, puesto que a
través de nuestras vidas nos lavan el cerebro con el mensaje de que así es como
funciona el gobierno, somos representados por hombres y mujeres honorables,
comprometidos a actuar en nuestros mejores intereses a través del voto. Creemos
esto porque la alternativa es muy fea.
La alternativa es que al
votar, o cualquier otro enfrentamiento no disruptive sin el placebo del sistema
político, un show de marionetas inefectivo en el cual las marionetas, operadas
por un solo titiritero nos distrae del hecho de que nos están robando,
asesinando y vendiendo nuestro gobierno, en masa, como robots designados para
pagar deudas colectivas.
Esta es una opción muy difícil
de encarar, porque el cambio efectivo de tal sistema requiere dejar atrás la
comodidad de nuestra maquinaria política establecida, cancerosa e ineficiente
como todos reconocemos que es. Esto significa que cualquier sistema o solución
que podamos desarrollar y aceptar, desde la perspectiva presente, es algo
desconocido – y para muchos pensadores convencionales – es algo imposible.
La dificultad crear un camino
completo a un ambiente desconocido es, en mi opinión, lo que los activistas
inteligentes y políticamente sofisticados por los derechos humanos de los
hombres y de los niños añaden en su argumento en el contexto del
conservadorismo filosófico versus el punto de vista colectivista político. La
idea de que existe un sistema político todavía retiene algo de lo que se
declara en la retorica pública sobre política.
Desafortunadamente, esto es un
punto de vista más optimista de la realidad de la política moderna que la
destrucción rutinaria de los seres humanos por nuestras cortes, el sistema
educativo y la prensa ofrecen.
Obviamente, para que los
hombres se levanten en desafío del sistema actual de deshumanización de los
hombres requiere un optimismo poderoso y una voluntad fuerte. Sin embargo,
poner confianza en los actores dentro de un sistema demostrablemente corrupto,
incluso cuando su retórica pública incluye gobierno pequeño y libertades
personales, pero esta fe no se recompensa en un sistema corrupto y fallido.
Es por esto que yo declaro que
el movimiento por los derechos de los hombres no es un movimiento que se
incline ni a la derecha ni a la izquierda. La infraestructura política de
nuestras cortes, gobiernos e instituciones políticas son un cadáver pudriéndose
sin ninguna utilidad excepto mantener un parasitismo constante sobre el
público, y la exclusión forzosa de la innovación en el progreso humano.
Actualmente, este es uno de
los motivadores del creciente movimiento de MGTOW (hombres que van por su
propio camino). Hombres que se salen de un sistema el cual lo ven como no
funcional. Esto tiene el beneficio obvio de proteger a los hombres de la
depredación y del canibalismo en un sistema que no considera la humanidad de
los hombres, y considera solamente la utilidad de los hombres. Sin embargo, un
grupo creciende de hombres en la sociedad toman sus propios ingresos y
utilidades lejos de la mesa para que los ladrones y explotadores de una
organización política cancerosa y están reestructurando el ecosistema en el
cual los gobiernos fallidos se alimentan y prosperan.
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