Por Typhonblue y John The Other
El entendimiento genera compasión y también dentro del marco teórico del Movimiento por la Compasión por los Hombres, empezamos con una examen a uno de los aspectos más demonizados de los hombres, el uso de los servicios ofrecidos por la industria sexual.
Una encuesta sobre hombres
quienes buscan gratificación a través de servicios sexuales comerciales – ya sea
pornografía o prostitución, o lap dances o cualquier otra forma comercial del
sexo muestra que en lugar de que los hombres busquen gratificación sexual como
animales – modelados en el punto de vista de Andrea Dworkin de hombres como
subhumanos; las motivaciones de los hombres por buscar sexo comercial están
basadas en la necesidad humana de ser reconocidos como deseables. Esto es
contrario a la versión populista de que la sexualidad masculina es inferior y
patológica.
Socialmente, se espera que los
hombres validen a las mujeres como objetos de deseo sexual al exhibir atracción,
afecto y deferencia, pero al mismo tiempo, se espera que los hombres estén preparados
culturalmente para ser rechazados de manera normal. Incluso se espera que los
hombres pasen evaluaciones financieras y físicas, para “probar” que son
merecedores de ese deseo. Todas estas expectativas validan la fantasía femenina
de híper-deseabilidad; ser deseadas más allá de lo humanamente posible.
Esta autovalidación de las
mujeres y las chicas mediante el rechazo de la atención positiva masculina es
expresada en cientos de gestos y prácticas sociales normales. El descenso de
los contactos sociales iniciados por hombres. Dos mensajes o más requeridos
para que tan solo te devuelvan la llamada. Se deja el mensaje de voz, pero sólo
te contesta con un mensaje de texto. Todas estas variantes de “hacerse la difícil”
reflejan un protocolo social normal en el cual los hombres, sobre quienes
siempre ha estado la responsabilidad de iniciar el contacto social, han tenido
que hacer un esfuerzo más obvio del cual es expresado por las mujeres, incluso
cuando la mujer en cuestión desea ese contacto. Esto establece un clima en el
cual los hombres automáticamente asumen un bajo nivel de rechazo social
constante. Esto es normal a través de nuestra cultura y las quejas masculinas
pueden ser castigadas fácilmente a través de la censura de “llorón,” “marica” y
otros insultos similares.
El atuendo femenino que
muestra características sexuales secundarias es algo estándar en la ropa casual
así como la ropa formal o la “ropa de fiesta.” El propósito obvio de tales
ropas es amplificar la sexualidad femenina de la usuaria y llamar la atención.
Al mismo tiempo, a pesar de que se espera que los hombres respondan con
atención positiva, sólo los que pasen las evaluaciones femeninas de alto
estatus o riqueza notoria tienen permitido expresar su atención estimulada.
Esto es un impuesto social, pero solo es beneficioso para aquellos hombres que
abiertamente demuestran su utilidad como proveedores de movilidad social
positiva y acceso a recursos para las mujeres. Los hombres que expresen
atracción o deseo se arriesgan socialmente a la censura si semejante expresión
se da en el momento equivocado, es demasiado entusiasta, o si por alguna razón,
no es recíproca.
Esta danza elaborada y confusa
se vuelve más simple en los lentes del hiper-deseo manofacturado. Mientras más obstáculos
tenga que superar un hombre para expresar su deseo, entonces la muejr se siente
más deseada por el hombre.
Las novelas románticas pueden
ser reducidas a una fórmula simple en la cual la deseabilidad femenina inspira
actos grandiosos de auto-sacrificio por parte del hombre. Los hombres en las
novelas románticas son “ojos y acciones,” códigos vacios, que existen solamente
para iluminar la hiper-deseabilidad de la protagonista femenina.
El hecho es que todo este
sistema, desde avergonzar la sexualidad masculina como si se deshonrase a
través de la expectativa de que cualquier tipo de rechazo femenino sin fin para
manufacturar hiper-deseabilidad para las mujeres es la selección por la cual se
permite que los hombres sientan deseo – excluye a los hombres de una necesidad
humana fundamental – desarrollada a través de eras de evolución como seres que se
unen en parejas- el sentirse deseado.
En discusiones sobre objetificación
sexual femenina por el propósito de venderle algo a un hombre, el lenguaje
usual que describe las imágenes de mujeres usualmente se refiere a “tetas y
culos.” Sin embargo, la investigación del Centro Neurocientífico de
Comportamientos de Atlanta [1] muestra que las descripciones de la mirada
femenina son claves para la atracción masculina ante semejantes imágenes. De
hecho, la agencia sexual de una mujer atractiva, expresada a través de una
mirada directa hacia el sujeto masculino es lo que enciende el sistema de recompensa
masculino. [2] Cuando una mujer atractiva es presentada como un “objeto sexual”
si su mirada está hacia otro lado y si ella parece no reaccionar ante él – hace
que su sistema de recompensa no responda.
Para ponerlo en palabras
simples, los hombres miran pornografía para sentirse deseados sexualmente. Los
hombres les pagan a strippers para recibir atención sexual positiva de las
mujeres. Los hombres usan prostitutas para sentirse como seres sexuales
completos.
De hecho, la necesidad básica
humana de sentirse no sólo amado, sino que deseado sexualmente lo que lleva a
los hombres al uso de servicios sexuales comerciales. La mayoría de las mujeres no son conscientes
de que ser una mujer no les quita deseabilidad sexual; la mayoría de los
hombres están muy conscientes de que ser hombres ciertamente les quita
deseabilidad sexual. En ese contexto las fantasías sexuales masculinas giran en
torno a que la sexualidad masculina es simplemente ser deseado. La pornografía
puede ser vinculada con las fantasías de una nación empobrecida – su pueblo
imagina un mundo con comida abundante. Las novelas románticas son, por otro
lado, las fantasías de una nación prospera – Mansiones enormes, yates,
vacaciones al Caribe.
En este contexto de censura
social en contra de que los hombres se auto-mediquen para tratar la herida psíquica
hecha a ellos por la sed de las mujeres por hiper-deseabilidad es una señal de
bancarrota moral como que una nación próspera se queje de las “necesidades
básicas como de animales” de una nación empobrecida por tener comida y agua
limpia.
Los dejamos con hambre y
después los avergonzamos por su hambre y cuando buscan la poca comida que
pueden alcanzar, les golpeamos sus manos para que se alejen.
El movimiento de Compasión por
los Hombres 1. Los hombres merecen compasión y reconocimiento de su humanidad.
2. Compasión por hombres no significa menos compasión por mujeres. 3. Compasión
no es lástima; está compuesta de respeto por las vulnerabilidades individuales
y el reconocimiento de la agencia individual. 4. Porqué el Movimiento de
Compasión Por Los Hombres, al respetar las vulnerabilidades de los hombres reconoce
la agencia femenina, también ofrece compasión verdadera, y no lástima a las
mujeres. 5. El Movimiento De Compasión Por Los Hombres es entonces El
Movimiento de Compasión Por Las Mujeres también. Y todos ganamos.
Gracias por tus palabras lemo1212. Realmente creo que esta causa va a cambiar al mundo de manera positiva. Cada vez que publico un artículo siento que ayudo a hacer de este mundo un lugar mejor.
ResponderEliminarMe he quedado anonadado, de cómo se ha dado un enfoque que ni siquiera yo como hombre había pensado. Gracias Daniel por esta traducción increíble, sabes, son artículos largos que valen la pena leer, para como hombres saber de nosotros mismos y no dejarnos llevar por los paradigmas de la sociedad.
ResponderEliminarKevin, te quedo muy agradecido.
EliminarEsta causa trae una nueva forma de pensar. Te lo digo, vamos a cambiar al mundo con esto.
Sin duda los hombres también tenemos miedos vinculados al ejercicio de nuestra sexualidad ya que solemos tenerla muy genitalizada por cuestiones relacionadas a nuestra educación, esta se gesta a partir de nuestro género, entendiendo el género como una construcción social que un grupo determinado hace de lo que significa ser hombre o mujer, motivo por el cual puede variar dependiendo de cada grupo y contexto social al que se haga referencia. Nuestro género suele establecerse a partir de una característica anatómica o sea de nuestro sexo que es la dimensión física-anatómica que nos hacen biológicamente complementarios a los hombres y a las mujeres, es decir si se tiene pene o vagina se comienzan a establecer una seria de estereotipos y roles de género que impactarán nuestra sexualidad desde antes de nuestro nacimiento (si nuestros padres conocen nuestro sexo), hasta el último día de nuestras vidas y la mayoría solemos desconocer que cuando abordamos el tema de la sexualidad caemos en un vasto y profundo mar de posibilidades que no se limitan a nuestra genitalidad, si no en aspectos psicológicos, biológicos y sociales, por lo cual sin saberlo podemos ser presa fácil de las expectativas sociales que establecen que un hombre siempre debe estar listo y dispuesto a satisfacer a su pareja sexual y si por algo no se cumple este cometido podemos llegar a ser blanco de una serie de estigmas sociales que sin duda pueden llegar a gestar en nosotros una cantidad considerable de ansiedad que pueden afectar nuestro desempeño en la intimidad, siendo una posible causante de una disfunción sexual secundaria, es decir que no tiene un origen orgánico, sino más bien psicológico.
ResponderEliminarPor lo antes expuesto es importante que los hombres recibamos una adecuada y oportuna educación sexual fundamentada en aspectos científicos, libre de mitos y tabús que aun hoy en día están presentes en nuestra sociedad.