Por Typhonblue
¿Alguna vez te has preguntado
porque la sociedad espera que los hombres mantengan una erección, una simple
expresión sexual, mientras los avergüenza por siquiera pensar en una cosa? Este
doble estándar no tiene sentido. Si los hombres fuesen sexualmente simples, no
serían avergonzados por esto, además ¿Por qué avergonzarlos por ser simples
sexualmente si eso es lo que la sociedad quiere de ellos en primer lugar?
Pero es un hecho que esta
atadura doble para los hombres tiene sentido perfecto cuando lo miras de la
manera correcta.
Investigaciones recientes han
encontrado que el rechazo es experimentado como dolor físico. Es una forma de
aplicar dolor sin dañar a la persona a quien le estás aplicando el dolor, el
sistema perfecto de tortura, cuando se utiliza correctamente.
La sociedad (y cuando digo
sociedad, hablo en términos del organismo social que usa a los hombres y a las
mujeres como células para perpetuarse a sí mismo) La sociedad control a los
hombres a través del rechazo. Social y sexualmente. En particular, a los
hombres se les dice constantemente que su sexualidad es depravada, dañina,
molesta y demoniaca. Los hombres experimentan este ritmo de rechazo sexual como
un dolor continúo. Podría ser similar a un collar eléctrico atado al cuello de
cada hombre y que entrega una carga eléctrica constante, variando lo suficiente
de modo que el hombre en cuestión nunca se acostumbre a esta carga.
La única vez que el collar
deja de entregar la carga eléctrica es cuando el hombre en cuestión adquiere la
aprobación de una mujer. Esta aprobación puede ser social o sexual, pero es la
mujer la que la provee.
Este sistema sólo funciona
realmente cuando hay un flujo constante de eléctrica a los collares eléctricos.
Este flujo es generado al mantener a los hombres al ideal de estar siempre
listos para satisfacer el deseo sexual de las mujeres.
Los hombres tienen que desear
de modo que sean rechazados, para que sus collares funcionen. Esto explica
porqué la sociedad simultáneamente refuerza el estándar de mono haciendo trucos
de la sexualidad masculina, mientras se burla de los hombres por ser los monos
haciendo trucos que la sociedad quiere.
En este sistema de controlar a
los hombres a través del rechazo, el que los hombres rechacen a las mujeres se
convierte en un tabú. Ahora no es que los hombres no sean capaces de rechazar a
los hombres, es que la sociedad llega a extremos increíbles para prevenir este
rechazo. Primero insertan el concepto de que el concepto de que el ideal de la
sexualidad masculina del mono haciendo trucos mediante el uso del tratamiento
del collar eléctrico – sólo el sexo con una mujer va a hacer que el dolor pare.
(Pregunta rápida. Si tú
tuvieses un collar eléctrico en tu cuello y la única vez que se apagase es
cuando tuvieses sexo... ¿Con qué frecuencia pensarías en sexo y qué tan
desesperado estarías por tenerlo? Si)
En este punto, la sociedad
estigmatiza el rechazo de los hombres frontalmente. ¿Cuántos artículos hemos
leído artículos que siguen esta fórmula: los hombres están rechazando a las
mujeres y eso es porque son unos horribles perdedores sexistas? ¿Y cuántas
veces hemos oído que los hombres siempre consienten el sexo con una mujer y por
lo tanto no pueden ser violados?
De hecho, la sociedad odia el
rechazo de los hombres a las mujeres que ha excluido a los hombres que rechazan
a las mujeres en una identidad completamente diferente y los estigmatiza
quitándoles su hombría. Ninguna otra sociedad ha siquiera pensado en separar a
los hombres quienes rechazan sexualmente a las mujeres de aquellos que no las
rechazan. Ese ciertamente es el caso con los homosexuales, han existido en
otras sociedades – nuestra sociedad no los descubrió hace 150 años – es que
esas sociedades nunca sintieron una compulsión por separarlos. De la misma
forma en la que no separamos a nuestros hombres quienes les gustan las naranjas
de los que les gustan las manzanas.
Sin embargo, si fuésemos una
sociedad gobernada por agricultores de manzanas, más te vale que excluyamos a
esos hombres que aman las naranjas y los llamemos maricas.
A pesar del profundo tabú de
la sociedad sobre el rechazo masculino de las mujeres hay un héroe solitario
haciendo frente a la tiranía, parado firme y desafiante del estándar del mono
sexual, parado pero… bueno…. No está parado.
Si, El Pene Flojo.
Ahora, tú probablemente te
preguntaras, “¿Pero Typhon, como un pene flojo puede salvar al mundo?”
Para entender esto miremos el
porqué los hombres experimentan impotencia en primer lugar. Nuestros familiares
evolutivos más cercanos, teniendo erecciones musculares en lugar de tener
erecciones basadas en vasocongestion, nunca experimentan impotencia ya que,
para ellos una erección es algo tan simple como contraer un bícep.
Ya que la impotencia, por
razones obvias, puede impedir las relaciones sexuales, eso hace que sea costosa
desde el punto de vista reproductivo. Lo cual la hace costosa desde el punto de
vista evolucionario. Entonces ¿Por qué los hombres humanos evolucionaron un
sistema que puede eventualmente experimentar impotencia? Una razón posible es
que un sistema sexual masculino altamente reactivo puede proteger a una persona
que se identifique en pareja de una invasión por parte de una compañera
femenina no apta. Y esto es importante ya que el daño hecho a el sistema de
unión hecho un hombre que se identifique en pareja puede ser fatal. El suicidio
de un hombre es cuatro veces más probables después de un divorcio ¿Alguien lo
noto?
Pero hay otra forma en la cual
en la cual la temperamental sexualidad masculina puede ser adaptativa.
La mayoría de la gente no se
da cuenta de que nuestras emociones son atajos al proceso de tomar decisiones.
Podemos trazar un nuevo camino a través de argumentos racionales, pero son las
emociones las que nos permiten navegar la parálisis de indecisión y tomar
decisiones rápidamente. Particularmente en un contexto social.
Sexo es, por su naturaleza,
una experiencia emocional. Debido a esto, tiene el potencial de trazar nuevos
atajos en nuestras habilidades de tomar decisiones.
Para explicar el porqué,
hablemos de la teoría de la mente por un momento. Algunos investigadores
empiezan a mirar a las especies cánidos para modelar el cómo una teoría de la
mente humana puede desarrollarse. Cuando los perros están jugando entre ellos
por señales de atención para decidir si su compañero de juegos están
interesados en jugar y si están felices. Ellos parecen emocionarse más de
jugar, si es que están jugando, y por supuesto quieren asegurarse que sus
compañeros de juego desean jugar.
Pero si jugar es el mecanismo
en el cual la teoría de la mente toma sus raíces en los perros; ¿Cuál es el
mecanismo por el cual toma raíces en los humanos?
Bien, jugar es un probable
culpable también. Pero en comparación con los cánidos, estamos hablando de una
gran magnitud de complejidad en la teoría de la mente. Así que aquí hay otra
respuesta posible.
Existe un incentivo todavía más
poderoso que cuando se compromete, con
una compañera sexual comprometida y apreciativa.
El sexo no sólo establece un
sentido del yo y de la otra mediante nuestro deseo de una compañera sexual,
nuestro sexo también establece el deseo por ser deseado. Queremos una compañera
sexual deseable quien también nos desee a nosotros. Este detallito es
tremendamente importante.
¿Alguna vez te preguntaste
porqué los humanos somos la única especie cuyos ojos señalan exactamente lo que
están buscando con un flash blanco? Algo así como una desventaja para una
especie depredadora ¿Cierto? Esto es así porque nos asiste en desarrollar
nuestra teoría de la mente por medio del deseo sexual.
Un hombre dijo una vez en un
foro: “Voy a empezar a hacer lo que las mujeres hacen, solo voy a tener
orgasmos cuando mi compañera me los dé.” Él no está diciendo que una mujer está
obligada a darle un orgasmo, no. Lo que él está diciendo, es que hasta ese punto,
él había tomado responsabilidad por darse a sí mismo un orgasmo durante el
sexo.
No es fácil para los hombres
tener orgasmos durante el acto promedio de sexo de pene en vagina, es que no
tienen opción. De hecho, el requisito de que los hombres deben desempeñarse es
tan oneroso, que empresas multimillonarias han surgido para ayudarlos. Una de
estas es la clásica “píldora azul.” La otra es la industria del sexo. No sólo
esta industria ofrece una salida para la complejidad de la expresión sexual
masculina que es avergonzada en la comunidad del sexo, también asiste a os
hombres al ofrecerles una forma para emular la sexualidad del mono haciendo
trucos. Les da una fantasía para superponer encima del sexo estándar; una
fantasía de una compañera sexual ansiosa y activa, de modo que los hombres
puedan hacerse tener un orgasmo ellos mismos.
El comediante Jim Jeffries
dijo una vez, “… no eres tú la que nos hace acabar(correr). Son nuestros
pensamientos sucios en nuestras cabezas.”
Una mujer quien nunca termina en una relación sexual con un
hombre quien no tiene su collar eléctrico va a darse cuenta de este hecho de
forma abrupta. Ella también va a claudicar o aprender a enfrentarse con
declaraciones como “Esto no funciona para mí.” O “¡Quítate de encima, me estás
lastimando!” o “No, realmente no acabé (me corrí) y si tú te hechas en la cama
pensando que quedarte quieta es todo lo que yo necesito, probablemente te darás
cuenta que necesito más.” Ella aprenderá a enfrentar el rechazo, que, a
diferencia de un chimpancé hembra, quien pasivamente presenta sus genitales
inflamados a cambio de servicios no es suficiente.
Y aquí está el problema, en
serio. ¿Qué hicieron nuestros ancestros sin Viagra, Pornografía o sistemas
elaborados de rechazo social para mantener la ilusión de la sexualidad del mono
que hace trucos? ¿La respuesta? Las hembras humanas aprendieron a trabajar más
duro para tener sexo.
Cuando estamos hablando de
nuestras ancestros humanos hembras, aprender a ser capaces de lidiar con la
compleja sexualidad masculina representa un gran salto potencial en su
desarrollo cognitivo. Antes ellas tenían que simplemente mostrarse y tal vez
rogar, después de eso hay muchas cosas sociales complejas más envueltas en
esto. La sexualidad del hombre humano es terriblemente difícil y compleja
porque es una parte de que las hembras humanas desarrollen su entendimiento de
sí mismas y de los otros y sus percepciones de sus acciones tengan
consecuencias en el mundo.
Es sorprendente como se parece
la sexualidad masculina se parece a un juego. Tú tienes una retroalimentación
inmediata cuando estás fallando o cuando has fallado, tienes niveles de
dificultad y tienes una recompensa al final (la mejor del reino animal). Y los
juegos enseñan experiencias valiosas. En este caso la sexualidad masculina
permite a las mujeres la oportunidad de escribir un mapa emocional sobre cómo
enfrentar con el rechazo: como un
desafío, con impredictibilidad.
Esto es la base de todo logro.
Permite a las mujeres liberarse a sí mismas de una identidad pasiva definida
por ser deseadas, ya sea sexual o socialmente y verse a sí mismas en términos
de cómo ellas eligen actuar.
Esto hace que las mujeres sean
inmunes a sistemas sociales que les digan que hacer para ser deseables o que no
hacer. Esto hace que las mujeres sean inmunes a fuerzas externas que explícitamente
quieren controlar sus comportamientos. Atarse los pies, corsets, ideologías de
víctimas que enseña a las mujeres a verse a si mismas como impotentes en cada
situación. La sexualidad masculina es desafiante, incontrolable, impredecible y
eleva a las mujeres de recipientes pasivos de cualquier mentira les metan a
ellas a participantes activos en crear vida.
De modo que si vamos a hablar
del potencial del hombre humano deberíamos hablar en términos del tipo de
sexualidad que los hombres humanos en realidad tienen, no la sexualidad
artificial que se espera que tengan. En este sentido la potencia masculina se
trata de su efecto en la psicología de la mujer humana, es la elevación de la
mujer humana desde ganado hacia co-creadora. Esa es la potencia del hombre
humano.
Y la potencia está mejor
representada no por la predecible y siempre lista erección, sino que
irónicamente por el implacable y temperamental pene flácido con su desafío de
“¡Esfuérzate Más!”
Entonces ¿Por qué un hombre
realmente necesita mantener la imagen de ser un mono que hace trucos? Para
mantener la ilusión de que todo lo que una mujer necesita es ser pasiva, de
modo que ella sea controlada por la sociedad.
Porque cuando las mujeres
obtengan el mapa emocional que les permita controlar sus propias identidades, bueno,
eso ya lo puedes escuchar, estimado lector, son los sonidos de un escape de
prisión. Y cuando las mujeres planeen un escape de la prisión, no sólo los
hombres están invitados, sino que toda la maldita prisión va a quedar reducida
a escombros.
Y así es como un pene flojo
puede salvar al mundo.
Comentario de Daniel Martínez: Typhonblue es una mujer muy
inteligente, sin embargo hay una frase en este artículo con la que estoy
desacuerdo:
“Pregunta rápida. Si tú tuvieses un collar eléctrico en tu cuello y la única vez que se apagase es cuando tuvieses sexo... ¿Con qué frecuencia pensarías en sexo y qué tan desesperado estarías por tenerlo?”
Pues, resulta que no creo que
la sexualidad masculina sea así. Typhonblue es una mujer brillante, pero como
mujer no puede saber cómo es la sexualidad masculina, sólo puede adivinar. En
todo caso la idea central de este artículo es brillante. Es hora que definamos
la sexualidad masculina de modo que nos beneficie a nosotros los hombres y no
que sea una forma para controlarnos a través de expectativas irracionales y la vergüenza
(por no lograr cumplirlas, por cumplirlas o por siquiera intentar cumplirlas).
En serio ¿Por qué nos debe de dar vergüenza que queramos tener sexo?
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