Por Typhonblue
Respóndanme Rápidamente. ¿Cuál
es el guión usual que hemos utilizado en nuestro subconsciente sobre la cultura
de sexo casual? Ustedes saben, ¿Qué síntoma terrible de degradación cultural de
mujeres por hombres explotando la sexualidad femenina por emociones baratas?
Probablemente es algo así.
Mujer: “Soy una flor preciosa
de feminidad quien resulta que estaba en un bar usando la parte de arriba de un
Bikini por accidente; yo estaba flotando en la briza.”
Hombre: “¡Jaaa, flor preciosas
de feminidad, déjame triturar tu espíritu inocente y hermoso con mi sucio
arsenal sexual! ¡Ka-POW!”
Mujer: “¡Oh, he sido
deshonrada! ¡Ciertamente la cultura de sexo casual es una explotación de mi
persona y de mis hermanas puras-como-la-nieve!
Tenemos esta actitud hacia la
cultura del sexo casual porque hemos sido convencidos de que la sexualidad
masculina no tiene valor. Ni siquiera valor cero, sino que tiene valor
negativo.
Los hombres lanzan su semilla:
las mujeres protegen sus vaginas como si fueran el Fuerte Knox.
Pero ¿Es cierto esto?
Pensemos esto lógicamente. Con
cada acto de sexo un hombre eyacula semen en la mujer. Esto es una inversión de
recursos físicos que toman tiempo para que el hombre vuelva a llenar. Algunos
animales machos están limitados en cuanto que tan viables son al momento de reproducirse.
Los animales hembras, por otro lado, no tienen esa limitación. El sexo es un
acto de costo cero para ellas.
Ahora, la razón por la cual
esta verdad obvia es invisible para nosotros es porque nosotros inflamos el
costo de cuidar bebes al costo del sexo. Si, cuidar los bebes es una gran
inversión femenina pero el acto del sexo es una inversión más alta para los
hombres.
Para humanos que están
frecuentemente tratando de evitar los inconvenientes del embarazo, esto tiene
sentido. Para los animales hembra, no tiene sentido. El propósito de un animal
hembra al entrar en celo, es quedar embarazada. Porque este es su instinto
imperativo, los inconvenientes del embarazo son irrelevantes para sus costos
del sexo.
De hecho, para los mamíferos
hembra, el riesgo real es invertir recursos en descendientes de menor calidad. Por
esto ella se preocupa por tener sexo con la mayor cantidad de hombres en un
periodo corto de tiempo como sea posible. Múltiples compañeros masculinos
mejoran su oportunidad de concebir y la cualidad de la concepción vía
competencia de esperma. De esta forma la mayoría de los mamíferos hembra son
poliandras – se aparean con múltiples compañeros.
Sin embargo, no está en el
mejor interés del animal macho aparearse con cuantas hembras como sea posible.
¿Por qué? Porque, simplemente
tiene cantidades limitadas de esperma. Él quiere priorizar su entrega de
esperma a 1) Hembras de alta calidad y 2) Hembras que se han apareado menos.
Nuestro “conocimiento común”
de la conocida promiscuidad masculina es mejor llamada “estupidez común”.
Además, el costo relativo al
sexo y las prioridades de hombres y mujeres explican por qué un mamífero macho
podría haber evolucionado para ser una especie en pareja.
Un macho que se identifica en
pareja ha magnificado su acceso a una compañera menos apareada. Él intercambia
en términos de acceso a hembras de alta calidad – más alta calidad en términos
de estatus y fertilidad – pero tiene menor probabilidad de obtener una hembra
de alta calidad y en general, está mejor en pareja que como un reproductor
promiscuo.
Lo que es menos entendible es
el porqué un animal hembra evolucionaría para identificarse en pareja. Ella no
gana nada al restringir sus elecciones sexuales.
Para ver el porqué una hembra
mamífera se identificaría en pareja, observemos la sexualidad humana. Los
hombres humanos son únicos en el reino humano en cuanto a que retienen un
interés en sexo a través del ciclo de la hembra.
Algunos biólogos deducen que
el patrón de apareamiento humano – reteniendo
el interés en el sexo fuera de tiempos fértiles – es una forma de identificarse
en parejas para volverse más atractivas para el macho.
¿Pero qué tal si esto sucede
al revés? ¿Qué tal si la sexualidad del hombre humano está diseñado para
mantener a las hembras humanas sexualmente carnívoras, interesadas en sólo un
macho?
Las mujeres humanos son pobres
reproductoras en general. Toma muchos “intentos” para que una mujer se
embarace. Comparen esto a animales hembras que sólo tienen un día de
receptividad y la mayoría de ellas se embarazan sólo en ese día.
Lo que está sucediendo con las
mujeres es que cuando ellas están concibiendo, aproximadamente cada mes, pero
la concepción es usualmente desechada debido a errores de cromosomas. Los
estimados ponen el número de óvulos destruidos en un 80% de las concepciones.
Esto podría deberse a la falta
de competencia entre espermatozoides, en lugar de filtrar lo malo entre la
competencia de espermatozoides, lo malo es transferido a la concepción,
resultando en una alta tasa de embriones mal formados.
Pero ¿por qué razón este
sistema de desperdicios se desarrolló en primer lugar?
Bien, para inciar se requiere
que las mujeres humanas aseguren el acceso al esperma al menos una vez al mes
doce a ocho veces al año para lograr una concepción viable. En ese punto de desarrollar
una relación constante con alguien quien pueda proveerle acceso al sexo luce
como una opción muy atractiva para nuestra ancestro humanoide.
Y entonces agregamos el hecho
de que los hombres humanos son tan mortales. Cuando nuestra ancestro humana encuentra
uno que responde a ella – recuerden, nosotros no evolucionamos con pornografía,
Viagra o tremenda vergüenza social para crear una sexualidad masculina artificialmente
receptiva – ella probablemente prefiere mantener buen control debido a la escases
del recurso sexual proveído para ella. El cual de repente ella evolucionó para
necesitar durante un periodo de tiempo más largo para quedar embarazada.
Abra Cadabra. Una hembra que
se identifica en Pareja.
Sin embargo los humanos
identificados en pareja probablemente todavía tienen necesidades para hacer que
la mona de ella se encienda.
Irónicamente cuando miramos a la
cultura del sexo casual a través de los lentes de la sexualidad humana – la
cual ha sido idealizada por las hembras humanas opuesto a la fantasía común de
que sólo los hombres idealizan esta cultura – se vuelve rápidamente aparente
que es el PARAÍSO DE LOS CERDOS para la mona interna de una mujer.
La cultura del sexo casual le
da al chimpancé interno de cada mujer la impresión de que ella tiene acceso
ilimitado al esperma de los hombres quienes son de más alto estatus y de más
alta fertilidad que ella misma.
En contraste el mamífero macho
preferencialmente quiere aparearse con 1) una hembra de alto estatus y 2) con
hembras que se han apareado menos, para obtener la mejor receptora para su
contribución genética.
¿Recuerdan el escenario
estereotipo presentado al comienzo? ¿El macho depredador infringe su sexualidad
horrible en la pura y virginal hembra? En la cultura del sexo casual es
exactamente lo opuesto.
Las mujeres están ejercitando
sus deseos animalísticos mientras los hombres suprimen los de ellos.
Alejémonos de la Estupidez
Común y escuchemos a la realidad en el escenario del sexo casual.
Mujer: Hola, yo apesto a la
atención intima de numerosos hombres y soy medio atractiva como tú. ¿Hacemos la
danza social en la cual tú pretendes que tú estás sacando algo de valor de mí?
Hombre: Mis instintos
naturales me dicen que me aferre a mis recursos sexuales por alto estatus,
hembras sin aparear, pero tú me estás concediendo acceso a la única cosa que he
sido entrenado toda mi vida para responder como un mono que hace trucos. ¿Te
molesta que una parte de mí llore mientras tenemos sexo?
Mujer: Me da igual. Mientras
yo tenga mi mona encendida. No me importa nada.
http://www.avoiceformen.com/women/the-value-of-male-sexuality/
No toma en cuenta estudios sobre la incidencia del patriarcado en la cultura
ResponderEliminarEn otros post de este blog, se destruye la teoría del patriarcado, por ejemplo este
Eliminarhttp://derechosdeloshombres.blogspot.com/2012/03/por-que-el-feminismo-se-equivoca-en.html
Léelo y verás que esta creencia casi religiosa del mítico patriarcado, en realidad es una tontería.