jueves, 12 de julio de 2012

La Marcha de las Putas 2012: Todavía es Estúpida, pero es Más Pequeña



Por Johntheother

El sábado 30 de junio, las putas en Vancouver marcharon. El segundo año del movimiento internacional de la marcha de las putas, yo asistí a la versión del evento en mi ciudad, armado con una lista de preguntas, una cámara, una grabadora y un amigo ADH para que me cuide la espalda. Recordando el odio sin tapujos de la primera vez que se hizo este evento al cual asistí el año pasado, yo esperaba que me ataquen los caballeros blancos, ansiosos de mostrar que tan leales son a sus superioras feministas y a su doctrina sagrada. Lo que encontré en la Marcha de las Putas en Vancouver 2012 me dejó un poquito sorprendido.


Para ser justos, parte de la culpa por la ausencia de multitudes le pertenece en parte al clima de Vancouver. Sin embargo, resulto que 1/8 del público del año pasado no puede ser culpado solamente al como deprime la lluvia. El clima húmedo de la costa oeste no puede ser el único responsable de la baja asistencia, sino que el responsable es un cambio sustancial en el tono de la segunda marcha de las putas. Ya se fueron los cientos de letreros idénticos, hechos por profesionales, todos con el mismo tipo de letras diciendo “enséñenles a los hombres a no violar.” De hecho, habían unos cuantos letreros en total, y esos pocos eran evidentemente hechos a manos, colgando de los cuellos de un pequeño número de miembros de la marcha de las putas. La brigada de voluntarios con camisetas iguales como de uniforme, mostrando los colores de los refugios para violaciones de Vancouver están igualmente ausentes. Este año, pocos organizadores fueron visiblemente identificables por bandas de color naranja en los brazos. También, a pasos de la galería de arte de Vancouver, un montón de posters presentes el año anterior, esta vez había menos y estos posters eran hechos a mano con slogans escritos en cartón café. Oh cielos.


Sin embargo, animando la marcha de las putas de este año hubieron algunos participantes entusiastas, vestidos en ropa de neón brillante. Desafortunadamente para las putas marchantes, estos caballeros o damas, quienes lograron robar la atención de todos los demás no eran parte de la marcha de las putas. Ellos estaban promocionando sus propio evento de condición física, un show de danza. Aparentemente no se habían dado cuenta y no estaban motivados en las putas políticas, los caballeros con disfraces del show de danza mostraron sus traseros para el visible entretenimiento de los fotógrafos y otros asistentes.


A pesar del número reducido de asistentes, logré hacer unas cuantas preguntas. Lo que aprendí es que este evento es, a pesar de su publicidad y público reducido, sobre diferir la responsabilidad de la seguridad en público. Un grupo de 4 hermanas en el final de sus 20s, era vigiladas por una madre vieja de 60 años la cual después de mucho doble discurso admitió que su meta era un mundo en el cual las mujeres puedan ir a cualquier parte, hacer lo que sea, con o sin ropa, borrachas o sobrias, y esperar completa seguridad. Yo señalé que nadie puede hacer esto, y que el mundo real no funciona así. Ella estuvo de acuerdo a regañadientes, pero insistió en que el mundo debería ser como ella dice.

Sin embargo, a pesar de que es difícil obtener la meta expresada de un mundo de fantasía, porque la madre de más de 60 años hizo su mejor esfuerzo para recaracterizar mis preguntas neutral en acusaciones violentas y llenas de odio.

A pesar de que me opongo filosóficamente a un movimiento al cual lo veo como socialmente corrosivo, la meta de mis preguntas era realmente descubrir las opiniones de los asistentes a la marcha de las putas, y conversar de forma civilizada aunque fue un desafío para mi disciplina el filtro de odio de la chaperona vestida como una prostituta del siglo 19.

Otra asistente me explicaba, cuando pregunte si la palabra puta estaba siendo reclamada. SU letrero hecho a mano de manera económica con la simple palabra. “Puta” normalmente una pregunta grosa, yo pregunté por la definición, ella eventualmente declaró “mujer liberada sexualmente” yo no le intente explicar que es lo que significa esa frase, puesto que ella parecía haberse cansado desde la primera pregunta.

Ella si declaró que la dinámica sexual usual de los hombres compitiendo por atención femenina, y las mujeres seleccionando competidores que no existen y que una mujer con muchos compañeros sexuales era de hecho una exitosa seductora de exactamente la misma forma en la que un hombre lo era. Yo no me molesté en cuestionar su punto de vista, pero si tengo el mal hábito de dejar que mi cara demuestre mis dudas.

Habían varios conferencistas públicos, uno de ellos era una ex-prostituta quien hizo algunas confesiones interesantes. Primero que todo estaba la declaración que ella había tenido más de 20.000 penes insertados en varios orificios corporales. Inmediatamente siguiendo esta declaración estaba la confesión de que ella lo había hecho “porque [ella] estaba llena de odio.”

Entre estas dos declaraciones, no puedo evitar mi propia observación de que es semejante posesión por el odio, y no el número de penes lo que motiva evitar la responsabilidad de un individuo, ya sea con un conocido o con proveedor de servicios sexuales. Sin embargo, para la multitud que asistió, ambas declaraciones merecían aplausos, la de los 20.000 penes y la de estar consumida por el odio.

Ésta conferencista también hablo en tonos dispares de una mujer quien fue removida de la custodia de su hijo, porque ella había abofeteado al niño de 6 años que estaba cuidando. La razón por la cual fue despedida (abuso físico de un menor de edad) fue dada en un tono de desprecio, sin reconocimiento aparente de que violencia contra el niño es un comportamiento indefendible – particularmente para una adulta a quien se le paga por cuidar de ese niño.

Ni una de las asistentes a la marcha de las putas en la audiencia comentó, a pesar de que uno de los miembros del grupo de danza, vestido de Neón, gritó desde afuera del esceneario: “bueno, tú no debiste abofetear al niño.”

Otra conferencista, esta estaba en sus 30s y no había sido una ex trabajadora sexual siguió con una larga declaración de que nadie debería de ser juzgado basado en su apariencia o su ropa. Ella trataba de expresar, por supuesto, que las mujeres que usan ropa que atrae atención sexual deberían de ser capaces de elegir de quien es válida la atracción sexual, y de quien no es válida. Nadie señaló que la ropa masculina es un sistema de medida principal para que las mujeres determinen de quien son válidas las atenciones y de quien no. En este punto del evento, ya tuve suficiente para señalar las falsedades obvias y listar todas las negaciones de realidad de parte de unas bebitas adultas.

Sin embargo, el movimiento de la marcha de las putas no parece haberse debilitado por su obvio y descarado odio hacia los hombres. La atención de la prensa desde su concepción en el 2011 de este coordinado ejercicio de vergüenza pública y su coerción ha chupado su buena parte de este motor de odio. Si la marcha de las putas sigue existiendo el próximo año, va a ser así sólo si el movimiento substancialmente se redefine a si mismo. El odio desnudo se ha desgastado tanto que incluso las mayores putas marchantes aparentemente se están saliendo del movimiento.





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