viernes, 14 de mayo de 2010

Fuerte Hood y como la prensa mató a la verdad

Hola a todos, aquí está Paul Elam con otro episodio de una voz para los hombres. Lamento haberme alejado por un tiempo, no he estado haciendo videos, he estado ocupado, espero regresar a mi ritmo y volver a subir videos otra vez.

En todo caso, para la charla de hoy: ¿Saben algo? A la prensa le encantan los héroes con lápiz labial. Las rambos femeninas venden mucho, lo cual se vuelve en la señal de dinero sagrada para los noticieros y los programas matutinos. El problema es que la prensa está tan ansiosa por explotar el heroísmo de una mujer fotogénica y armada que se emocionan mucho y hacen cosas tontas como imprimir muchas mentiras. Eso sucede cuanto te interesan los titulares más que la buena práctica del periodismo. Y nada crea más titulares que una mujer maravilla de la vida real o incluso la posibilidad cognitiva de que exista una de esas.

La ultima fémina armada es Kimberly Munley, conocida como la salvadora de Tejas, a quien se le atribuye haber detenido al maniático homicida Nadal Hassan, sin ayuda a pesar de que le habían llovido balas durante el proceso. De acuerdo con el ejercito y subsecuentemente regurgitado por la prensa con poco o nada de investigación: “Fue una escena sacada de Harry el Sucio, en la que Mungley jugó el papel de una súper policía tan bien que el mismísimo Clint Eastwood hubiese hecho una reverencia y hubiese entregado su Mágnum 44 con la cara roja de vergüenza”. Ahora resulta ser que no fue así como sucedieron las cosas ¿Quién lo hubiera pensado eh?

El nombre de la persona, perdón del hombre que en realidad derribó a Hassan es el Sargento Mark Todd, un soldado retirado que trabaja en la base militar como un oficial de policía, él fue el que terminó el trabajo y terminó con la pesadilla en el Fuerte Hood. En la actualidad no hay discusión respecto de la valentía de Munley, aparentemente ella hizo su trabajo y probablemente se merece nuestra admiración, disculpen la inclusión de las palabras aparentemente y probablemente. La historia nos dice que debemos reservar nuestros juicios para los hechos y la prensa trata a los hechos como si fueran moneditas chicas en una transacción de millones de dólares.

Pero incluso si es que las acciones de Munley se prueba de que fueron ejemplares, necesitamos reconocer que es por la confusión creada por la persecución de historias sensacionales de mujeres heroicas que el titular: “hombre armado derribado por el sargento de policía Todd” hubiese sido afortunado de que le mencionen el nombre. Y ahora que se ha identificado al héroe como un hombre, podremos ver como la prensa le pierde interés a esa historia de la misma forma en la que un vendedor de autos pierde interés en gente con mal historial de crédito.

Uno podría ver esto simplemente como una prueba de la valentía de parte de los hombres en uniforme en muy común, después de todo ¿Quién puede recordar el nombre del segundo tipo que camino en la luna? Somos de una cultura que recuerda a los primeros, nos gustan los que rompen las barreras, los mejores, los ganadores del superbowl y tenemos una amnesia colectiva para cualquier otra cosa.

Cuando se trata de la victoria absoluta por los actos heroicos de una mujer bajo fuego, todavía estamos el evento que servirá para medir a los eventos sucesivos y en nuestra desesperación por ese evento, le hemos dado a la prensa la misión de que creen un evento para nosotros sacado del aire.

Vimos un suceso similarmente triste en el caso de Jesica Lynch, la soldado americana quien se convirtió en una figura icónica de la guerra del golfo gracias a esa máquina de propaganda llamada “El Pentágono”. Y ¿Por qué? No por que haya hecho nada de importancia militar, sino por que los gerentes de la guerra reconocieron que la carne y sangre de esta bailarina-bárbara, era una bonanza de relaciones públicas que vale 24 quilates. Y sabían que esta historia, al menos inicialmente, no se enfrentaría a mucho escrutinio de la prensa, ni del publico americano que se levantan sin pensar a aceptar lo que sea que se les dice.

Especifico americano, por que esta fue una fabricación americana, o como el capitán de grupo Al Lockwin del ejercito británico dijo, respecto de la forma en la que los americanos y los británicos manejaron la historia: “Tenemos dos estilos diferentes de manejar a la prensa, me siento afortunado de ser una parte de la manera del Reino Unido” ¿Quién sabe si los británicos son más pacientes por su heroína? O si están esperando a tener una heroína propia.

Aún así, Lynch fue una oportunidad tan grande para Estados Unidos de América, que el ejército reportó que a ella le habían disparado durante la balacera, que llevó a su captura y después fue apuñalada y golpeada por sus captores. Nada de eso fue verdad, sin molestarse con los hechos, hicieron una producción fílmica expertamente editada en la que los Marines de la Armada y los Rangers del ejercito convergieron y agresivamente aseguraron el hospital en el que Lynch estaba siendo cautiva, mas bien el hospital donde estaba recibiendo atención medica compasiva por doctores civiles, por heridas sufridas cuando su vehiculo chocó.

El problema es que no había ningún enemigo que pusiese amenaza alguna o que justificase la entrada forzosa orquestada. El enemigo ya se había retirado, dejando atrás a Lynch para que la cuiden en el hospital. Este es un hecho que era bien conocido por el ejército antes de ir a “Rescatarla” y un hecho que fue editado antes que se aprobase la historia oficial. Fue una historia tan preparada y actuada, que casi se puede oír al Jefe de Gabinete de la Casa Blanca gritar “Corten, se imprime”, después de la primera conferencia de prensa respecto al rescate.

Sin embargo era una situación de ganar-ganar para todos, Estados Unidos de América tenía a su heroína y el Pentágono tuvo su momento de sentirse bien, una anécdota entretenida de la guerra en un momento crucial en el cual disminuía el apoyo por la guerra. Y por un tiempo funcionó muy bien, pero dejó al pueblo americano mayormente ignorante del hecho de que los habían engañado.

Pero parece que la gente está feliz con esto, tenemos una increíble tendencia a aceptar las fantasías cuando se trata de las mujeres, hemos convertido a la conciencia colectiva en un episodio de Xena, la princesa guerrera, dejándonos sentados con sonrisas vacías y cubiertos de Popcorn mientras la miramos enfrentarse a 10 hombres al mismo tiempo, 9 de ellos se quedan parados en la periferia haciendo movimientos ambiguos e ineficaces, mientras esperan a ser el próximo en ser despachado por ella con facilidad.

Amamos a Lara Croft y estamos conmovidos con Uma Thurman cortando a legiones de expertos en artes marciales con su espada Hattori Hanzo, mujeres que patean traseros es un gran atractivo para la pantalla grande y tal vez sea un aperitivo para cuando aparezca la Harriet la sucia de la vida real haga su debut al fin.

Parece inofensivo, después de todo desear que la fantasía sea real es algo humano, ya sea que sea Sigourney Weaver, caminando encima de Marines muertos para matar a una horda de Aliens que tienen ácido en lugar de sangre o Buffy la Matavampiros, destruyendo armadas de los no-muertos, no hay diferencias mayores. Pero en el mundo real deberíamos de hacer una pausa, 9 soldados perdieron sus vidas en la batalla en la que Jessica Lynch fue capturada. Fue una batalla en la que de acuerdo con ella, jamás disparo un tiro, pero en lugar de eso se puso de rodillas a rezar cuando las balas empezaron a volar. Y en lugar de hacer lo correcto, o sea recogerla del hospital y retirarla a la vida civil de manera silenciosa, la convertimos en Sally Stalonne e hicimos un brindis por su valentía, la convertimos en un héroe para tontos.

En la otra tragedia, 13 personas perdieron la vida cuando el ataque de Hassan había terminado. Hassan tuvo una poco de valentía, como para dar su respeto a la verdad y una buena medida de diligencia en llegar a ella, pero a la final, lo que importaba era el titular, el titular correcto y no la historia que hay detrás y es un ejemplo vergonzoso de cómo la prensa pierde el camino al perseguir un sueño falso respecto a las mujeres.

Igual a todos los fraudes que favorecen a las mujeres, este hiere a las mujeres al final. Algún día sucederá lo inevitable y emergerá una mujer heroica, pero para cuando el público ya tenga demasiado de las Jessica Lynch y de las Kimberly Munley, se va a dudar mucho de esta mujer heroica. Y estas dudas se las van a atribuir con pasión al sexismo en contra de las mujeres, el cual va a ser reportado redundantemente por la prensa.

Gracias por escucharme en otro episodio corto de una voz para los hombres, espero que lo hayan disfrutado y nos veremos la próxima vez.


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