viernes, 4 de junio de 2010

Ir a la guerra con las mujeres parte 2

Hola a todos, aquí está Paul Elam otra vez con una voz para los hombres y la parte dos de mi charla respecto a “Ir a la guerra con las mujeres” y voy a continuar en donde me quedé y esta es en verdad la parte buena.

Si esto sucede a gran escala en el futuro cercano o no, la práctica de tratar a las mujeres como iguales absolutos puede traer cosas buenas a los hombres que lo hagan. No he tomado responsabilidad financiera por una mujer en mucho, mucho tiempo, en realidad desde aquella cita. No me ha detenido de tener sexo ni me ha evitado la compañía femenina cada vez que la quiero. El resultado es que yo ya no siento que la mujer es un ancla financiera al rededor de mi cuello, no les voy a permitir serlo. Hay mujeres que van a cargar su peso financiero, tan sólo tienes que desafiarlas de entre la mayoría de sanguijuelas, para llegar a esas mujeres, sin embargo estas mujeres si existen.

Les voy a dar un secreto de la profesión: en términos de obtener satisfacción sexual, hay muchas mujeres quienes saldrán con hombres que paguen sus cuentas, que las llenarán de regalos y ellas después los botarán para arrastrarse a las sábanas de un tipo quien no gastará un centavo en ellas, porque es el tipo cuya indiferencia a su basura de princesa, las calienta hasta sacarles humo.

Permítanme ilustrar esto un poco más.

Hace muchos años, después de un divorcio, estaba en la encrucijada de mi vida. Incluso después de un periodo de lamentaciones me sentía incómodo con las citas y estaba muy inseguro respecto a las mujeres. De repente se me ocurrió, a los 36 años de edad que yo no quería hacer cosas con mujeres de la forma en la que las había hecho antes. Como cualquier hombre normal, quería una conexión con una mujer, quería sexo, pero me había dado cuenta que seguir mis instintos naturales al respecto siempre me había llevado a muchas dificultades y a mucho drama.

De modo que empecé a preguntarme, por primera vez en mi vida: “¿Que tienen ciertos hombres que los diferencia a los ojos de las mujeres?, ¿Por qué algunos tipos, incluso los que no tienen dinero o buen aspecto, siempre parecen tener mujeres a su alrededor?, ¿Por que otros tipos, los que buenos trabajos y buen aspecto tipos muy caballeroso, siempre parecen quedarse parados con un montón de flores marchitándose en sus manos mientras que las mujeres de sus deseos salta como una puta en una Harley de un tipo al que parece que no le importa una mierda si ella se va o viene?”

Por supuesto la respuesta estaba justo en frente mío, la respuesta era, a pesar de mi lógica que me gritaba que no era así, que el tipo en la Harley no le importaba una mierda. “Era su indiferencia lo que hacía la diferencia.”

De modo que sin nada que perder y habiendo encontrado una nueva determinación para cambiar mi vida, me puse a perseguir esa diferencia y terminé pateándome por no haberlo hecho antes.

En resumen esto es lo que hice: “Me uní a un club social, no importa cual hay miles de esos. El punto es que esta gente se reunía a parrandear con frecuencia regular. Esta vez, en lugar de escanear al grupo en busca de una mujer a la cual me interesase y tratar de agarrar su atención, simplemente fui allá e interactué con la gente como si todos fuesen hombres. Si, me escuchaste correctamente, traté a las mujeres más o menos como trataba a los hombres, no mostré ningún interés sexual en ellas, ni siquiera un poquito. Llegaba tarde a los eventos y me iba temprano, actué con confianza absoluta, incluso cuando no me sentía así. Deje claro muchas veces, mientras hablaba con mujeres, que tenía algo más, incluso que otra mujer llamaba mi atención y después les decía ‘disculpe’ y me iba a hacer la otra cosa, sin importar lo que fuese, siempre y cuando ellas no estuviesen involucradas. También cargaba un aura de preocupación, como si siempre había otra persona con la que yo quería estar, para afianzar esto, miraba mi reloj como si estuviese preocupado por la hora con muy regularmente.

Después de unas pocas semanas de esto, una mujer por la cual yo si estaba interesado secretamente, me detuvo en mi salida de un evento. Estábamos en un club ruidoso, de modo que ella tuvo que inclinarse y hablar a mi oído y claramente presionó sus tetas en mi pecho mientras hablaba. ‘Siempre te vas’ me dijo. Y yo sabía en ese momento que la tenía. Inventé alguna tontería de estar ocupado, pero le dije que la vería la próxima vez, mientras al mismo tiempo le ponía mi mano en su culo. La próxima vez se fue a casa conmigo y lo que pasó a continuación fue todavía más sorprendente: ‘desde ese momento en adelante, las mujeres de ese grupo en particular se alineaban no para tener citas conmigo, sino para tener sexo conmigo.’

Incluso, una de ellas se me acercó en otro evento y me dijo ‘¿Cuando es mi turno?’’

Chicos, yo no estoy jactándome de mis éxitos. Aquí hay algo muy valioso para los hombres y para los activistas por los derechos de los hombres.
“Al removerme de buscar la atención de las mujeres, la obtuve”

Pero mucho más importante es que yo cambié las dinámicas de poder entre las mujeres y yo. En lugar de yo escoger a una mujer y tratar de descifrar como obtener su atención, todas ellas me estaban escogiendo a mí y trataban de obtener mi atención.

Y eso amigos míos es mucho más importante que obtener vaginas. Se trata de entender que por eones, los hombres han jugado el juego del apareamiento al actuar como focas entrenadas balanceando bolas sobre sus narices y aplaudiendo sus aletas, esperando que les lancen un pedazo de pescado. Y una vez que obtienen ese pescado, hacen todo lo que pueden para asegurarse que el pescado siga viniendo de la misma fuente.

Finalmente este es el poder de las mujeres en nuestra sociedad feminazi. Puesto que si los hombres no se ponen a buscar ese pedacito de pescado muerto, si sus canastas estuviesen llenas sin tener que trabajar por ellas, no sucedería nada de esta basura por la que peleamos en el movimiento de los hombres.

Las feministas están en lo correcto en su acercamiento a ganar poder: “Todas las políticas son personales.” Es el escenario principal de su movimiento y la vergüenza es una herramienta tan efectiva para cerrarle la boca a los hombres mientras ellas debilitan todo lo que se vé.

En la portada de mi página Web, dice con letras grandes “Supón que hay una guerra de géneros y que los hombres se presentan”.

Pues dicha sea la verdad no existe una forma más poderosa para que los hombres se presenten que en reversar el flujo de poder que va hacia las mujeres y dirigirlo hacia los hombres. De hecho hay un nombre para eso, ganando popularidad creciente entre la literatura masculina, se llama GAME. En este momento estoy escribiendo un libro al respecto y espero haber terminado en unos cuantos meses, espero que unos pocos de ustedes lo compre.

El miedo al rechazo es el núcleo de la identidad del mangina. Es la fuerza motivadora que explica porque los hombres se indignan cuando otros hombres critican al feminismo. Y en ese sentido son ellos los que son puras vaginas y no yo.

De hecho al pasar del tiempo y experimenté todo el poder sexual que pudiese imaginar, le puse todavía menos esfuerzo en las mujeres. Pero el hecho es que muchos hombres se alejan del movimiento por los derechos de los hombres, a pesar que saben que es justo, porque ellos tienen miedo al rechazo de las mujeres que imaginan que van a aparecer en el futuro.

Voy a llegar al punto de decir, que si ese miedo al rechazo no existiese, ya seríamos el movimiento político dominante en la cultura occidental.

De modo que en verdad espero animar a otros hombres y a los activistas por los derechos de los hombres a que hablen respecto de GAME y que aprendan al respecto.

Enfrentémoslo, a los hombres les interesa atraer y acostarse con mujeres, así es como fuimos diseñados o como a algunos les gusta decir “Así evolucionamos nuestros seres.”

Si el hombre promedio supiese que puede acostarse abierta y públicamente y pelear contra la basura feminazi al mismo tiempo ¿que crees que lo va a detener de hacerlo? Y no existe mejor forma de hacerlo, que forzar a la igualdad real en las mujeres en toda forma posible, incluyendo una nueva propiedad del ritual de apareamiento.

Y espero mis amigos activistas por los derechos de los hombres, que estén interesados en esta idea como sujeto de estudio porque planeo dedicarle mucha atención en el futuro.

Y eso concluye mi video de dos partes respecto a Ir a la guerra con las mujeres, espero que lo hayan disfrutado y que no los haya perdido en todo el dialogo circuitoso.

Hasta la próxima vez, cuídense.



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