En el año 2005 se produjeron en España 387.355 defunciones, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto es, 1.061 muertos cada día de media.
Nadie se preocupa por esa enorme cantidad de muertos, porque es inevitable y perfectamente normal, igual que es normal que nazca mucha gente continuamente. Sería inútil y por lo tanto, ridículo, quejarse de que más de mil personas mueren cada día. Es imposible de evitar.
Las causas de esa mortalidad siguen la distribución normal de probabilidad, según la cual la inmensa mayoría de la gente muere de unas pocas causas, y luego el resto de fallecimientos son por muchísimas causas menos importantes que todas juntas completan la lista. La principal causa de muerte en el año 2005 fueron las enfermedades cardiovasculares, con el 33 % de muerte. Los cánceres, enfermedad de Alzheimer e insuficiencias renales fueron otras causas principales de mortalidad.
Así, según la distribución normal de probabilidad, las causas de muerte distintas del cáncer y de los infartos son más numerosas cuanto menos muertos producen. Por lo tanto, causas de mortalidad auténticamente raras, como ahogados en una piscina o en la playa en verano, al caerle un rayo en el campo, o niños muertos en coches de calor porque sus madres se olvidaron de ellos, etc., hay muchas y variadas, pero muy poco importantes, con muy pocos muertos anuales. Pero las hay, porque en un país en el que vive mucha gente, estas cosas pasan y es normal que pasen.
Pues bien, una de estas causas que producen poquísimos muertos, es la llamada “violencia doméstica, de género o machista”, que en el año 2005 fueron 60 mujeres muertas que, sobre el total de 387.355 muertos, es un 0’015 % de mortalidad, o sea, 1’5 casos por cada 10.000 muertes anuales. Esta es una cantidad insignificante y ridícula, tan insignificante como la cantidad de muertos que producen otras causas de muerte rarísimas, de las que nadie habla y que a nadie importa, porque no se lo merecen, porque son causas de mortalidad pequeñísimas, y sin embargo, con la “violencia doméstica”, esta insignificante cantidad la usan los medios de comunicación (de ahora en adelante, medios de manipulación, que es lo que son), para organizar escándalos mediáticos desde hace muchísimos años, para alarmar a la población y hacer creer que es un problema gravísimo sin serlo.
El problema de la violencia doméstica NO EXISTE como lo venden. Es una tormenta en un vaso de agua. Es una montaña de un grano de arena. Es todo propaganda, escándalo mediático malintencionado para criminalizar a los hombres y victimizar a las mujeres, para implantar sucesivas medidas de represión y censura. Es terrorismo periodístico diario y premeditado contra los hombres. Un montaje mediático calculado para alarmar a los tontos que se dejen alarmar, para beneficio del grupo sectario de las feministas.
No se dice que esté bien que maten a 60 mujeres al año, sino que la cuestión está sobrevalorada en comparación con otras causas de muertes muchísimo más importantes, y no digamos ya igual de importantes.
Hace años, antes de que empezaran con esta vergonzante campaña mediática, se le daba a este asunto la importancia justa, no desmedida y se aplicaba el Código Penal, sin necesidad de inventarse ninguna ley discriminatoria antihombres. Y se hacía justicia, no como ahora.
Si de verdad les preocuparan los muertos, podrían poner su atención en los suicidios, que ya es triste que haya gente que se suicide. Hubo más suicidios en 2005 que muertos por accidentes de tráfico. Ni más ni menos que 824 mujeres se suicidaron, cosa que no les importó a las feministas ni a los medios de manipulación, como menos aún les importaron los 2.557 hombres que se suicidaron ese año, el triple que mujeres. Compárense las cifras con las de mujeres muertas por la “violencia doméstica”.
Ejemplos en los que a ninguna feminista le importó que las madres de estos deportistas sufrieran cuando se suicidaron sus hijos, porque su auténtico objetivo no es preocuparse por las mujeres, sino criminalizar al hombre:
Agustín Sagasti, ciclista suicidado.
Robert Encke, futbolista suicidado.
“Es muy desesperante para un profesional de este campo, como yo mismo, ver que se hace tan poco para prevenir el suicidio” (Thomas Joiner, psicólogo)
La criminalización y discriminación contra los hombres producen más muertos que mujeres muertas en la falsamente llamada “violencia machista”, pero eso les da igual: 80 % de los 638 hombres suicidados en proceso de divorcio.
Y en cuanto a los malos tratos, lo mismo: Hay infinidad de problemas en la sociedad, desde enfermedades de todo tipo hasta abusos en el trabajo, la universidad, delincuencia, etc., que causan muchísimo sufrimiento a muchísima más gente y no se organizan campañas mediáticas diarias sobre dichos problemas. Sólo se hace con la farsa de la violencia doméstica.
Hipocresía, dobe rasero de medir.
En realidad, al régimen le importa un pimiento las mujeres muertas. Si les importara, incidiría en solucionar o atenuar los motivos reales e importantes de mortalidad, y no estas minucias. Toda esta propaganda tiene por objetivo en realidad criminalizar a los hombres.
La propaganda mediática es muy burda y fácil de descubrir. Si la gente usara la cabeza para algo más que para llevarla sobre los hombros, no engañarían a nadie:
Criminalidad cero imposible: Es absolutamente normal que en un país medianamente grande con más de 40 millones de habitantes, haya toda clase de delitos, como robos, estafas, violaciones, asesinatos, etc. Pretender reducir a cero la cantidad de cualquier delito en un país así es imposible. Eso lo sabe todo el mundo. Lo sabe la gente normal, lo saben los políticos, lo saben las feministas y lo saben los periodistas. Por eso, afirmar que hay que reducir a cero este tipo de delitos y organizar un escándalo mediático cuando no se consigue es el colmo de la cara dura y de la hipocresía. Lo único que hay que hacer es tomar medidas razonables para controlarlos, para limitarlos, para que queden reducidos a una tasa normal, y que así no crezcan. Medidas razonables, como las que de siempre han existido en el Código Penal, no esta histeria artificial y falsa mediática. ¡Menudos sinvergüenzas!.
Crimen inmigrante: Obviamente no se puede ni se debe generalizar, pero si es cierto que numerosos inmigrantes sudamericanos, los moros (por la religión musulmana), y también los negros africanos, son mucho más machistas que los españoles (La mitad de las 74 mujeres muertas a manos de sus parejas en 2008 eran extranjeras) y tienen la costumbre de pegar a las mujeres mucho más que los españoles, y sin embargo los medios de manipulación no mencionan nunca la influencia de la inmigración en el fenómeno, pues iría en contra de la aceptación de la población inmigrante.
Pero esto no les impide a estos sinvergüenzas intentar criminalizar al hombre español acusándole de padecer la “herencia musulmana hispánica”,
Esto demuestra que la motivación real de la proganda sobre la violencia de género es en este caso, el racismo antiblanco proyectado en el hombre blanco, en este caso español. Si fuera la defensa de las mujeres, saldría a la luz el crimen inmigrante.
Permisividad: Lo que es alarmante es que la cantidad de delitos crezca, y en la democracia han crecido toda clase de delitos, debido al ambiente de permisividad que a propósito se ha fomentado, tanto permisividad en la moral y en la educación, como permisividad y falta de castigo a los delincuentes. Y tras haber hecho la vista gorda con el bestial aumento de crímenes, de muertos, de familias rotas, de estafas, de golferías de todo tipo, estos mismos medios de manipulación que han sido protagonistas en la relajación moral, en el desmantelamiento educativo y en la inacción contra los criminales, se nos presentan escandalizados y abanderados en el asunto de la violencia doméstica. ¡No se puede ser más canalla!.
Mujeres asesinas ignoradas: Las mujeres también matan (como dijo alguien hace años, “en Valencia, lo encargan”), y sin embargo, los medios de manipulación no llevan un contador de hombres muertos por mujeres, sino solamente de mujeres muertas por hombres. De esto no organizan ningún escándalo mediático, sino todo lo contrario, se ocultan los datos y se ignora como si no existiera, para que a la gente no se le ocurra pensar en ello. Matar hombres no tiene importancia para esta gentuza.
Mujeres asesinas exculpadas: Cuando las mujeres matan y sale a la luz algún caso, los medios la exculpan y la justifican. “Estaba siendo maltratada”, “tenía problemas mentales”, etc. Veamos un ejemplo en el que el periodista justifica el crimen de una mujer que ha matado a sus dos hijos. Cuando lo hace el hombre, no buscan ninguna justificación ni ninguna explicación, sino todo lo contrario: Van a machacarle lo más posible, a hacer un escándalo mediático. Los medios de manipulación se comportan como si fueran jueces, juzgando a la gente con los programas desinformativos de televisión, y con los programas de cotilleos en los que salen mujeres contando su vida (las encanta hacer eso, y presumir de víctimas). Incluso han llegado a organizar campañas mediáticas para conseguir el indulto a una mujer, y lo han conseguido. Ojo porque muchos casos como la niña Madeleine, las niñas de Alcasser, el niño pintor de Malaga o como el actual de José Bretón, son fabricados y utilizan personal MK-ULTRA como chivos expiatorios para la “trama”, mientras que los niños jamás serán encontrados (ya están muertos) dado que estos son utilizados en películas Snuff y/o rituales de sangre por la Hermandad Babilónica.
Mujeres asesinas no capturadas: Desde la más remota antigüedad hay casos de mujeres envenenadoras, y las sigue habiendo. Lodovico Ferrari, envenenado por su hermana. Mientras los hombres matan por un ataque de ira en una discusión, (que en Derecho además es un lógico atenuante), ellas lo hacen poco a poco, con premeditación, con alevosía. Y no matan solamente al marido, no, sino incluso a los hijos, a los padres. ¡Son muchísimo peores!, porque es peor matar a sangre fría que en caliente. Además, mientras que un crimen cometido en caliente es más difícil de ocultar, los cometidos en frío, con veneno (u otros métodos, como por encargo), son más difíciles de descubrir, por lo que es lógico pensar que en realidad existen más hombres muertos por mujeres de los que la policía detecta, que pasan por muertes de causa “natural”. Y más grave todavía descubrir esos casos perversos de mujeres que matan a sus hijos (y eso que se supone que tienen “instinto maternal”). Por eso, que la propaganda presente a los hombres como los malos de la película es doblemente maligno y tergiversador.
Encubrir otros problemas: Salen a la luz casos de hombres que matan a la mujer y luego se suicidan. Esto demuestra que estos acontecimientos no son propios de personas normales, sino de alguien que está desesperado, con graves problemas mentales o emocionales. Esto lo entiende cualquiera, como cualquiera entiende que estos casos son pocos, pues es algo estadísticamente inusual tener esos graves problemas mentales/emocionales que lleven a matar a alguien y suicidarse después. Y sin embargo, la propaganda criminalizadora antihombres lo ignora y nos dice que la causa de esos sucesos son “hombres malvados y machistas”. ¿Pero cómo se puede ser tan sinvergüenza y tan tergiversador? ¿Y la gente cómo puede creérselo sin dudar?
Hombres desposeídos: La legislación feminista antihombres perjudica claramente a los hombres en los procesos de divorcio, esquilmándolos y dándoles el piso, parte del sueldo, etc., a las mujeres. Esto contribuye a que aumente la irritación masculina y a que se produzcan crímenes. En vez de corregir las injusticias en los divorcios, lo que se hace es criminalizar a los hombres más todavía.
Hombres heroicos: La naturaleza es sabia y ha establecido una diferenciación sexual por algo. Todo el mundo conoce las diferencias entre sexos, y que los hombres son más agresivos (físicamente) que las mujeres (psíquicamente). Pero lo son para lo bueno y para lo malo. Igual que llevan un contador de mujeres muertas por hombres, podrían llevar también un contador de mujeres salvadas por hombres. No me refiero solamente a los policías capturando delincuentes, o a los bomberos rescatando gente en incendios, que al fin y al cabo les pagan por realizar ese trabajo, sino a hombres desconocidos que salvan a gente de morir ahogada en la playa o en incendios. Como mucho, sale la noticia en el periódico o la televisión, pero no llevan ningún contador de hombres cometiendo actos heroicos.
Las mujeres no van a agredir a los hombres usando la fuerza bruta, (bueno, algunas sí), sino que lo hacen de maneras más sutiles: difamando, criticando, practicando el victimismo, etc. Violencia psicológica lo llaman ahora, y eso se ignora. Peor todavía, se pretende achacar también a los hombres la violencia psicológica en cuanto uno no se deja dominar.
Responsabilidad femenina: No todos los hombres son iguales. Los hay que son más agresivos y esos les gustan a muchas mujeres. Es en esa clase de parejas en donde se producen los casos de violencia doméstica. La prueba de que esto es cierto son los casos de algunas mujeres que tras mucho esfuerzo por parte de familiares y amistades, abandonan a su pareja y luego se lían con otro que es igual que su ex, que también la pega. Eso demuestra que a esa clase de mujeres les gustan esa clase de hombres maltratadores. La propaganda mediática exculpa a esta clase de mujeres de su responsabilidad, poniendo todo el esfuerzo criminalizador contra los hombres.
Culpa compartida: Con la propaganda mediática se pretende criminalizar a todos los hombres en conjunto por lo que unos poquísimos hacen, y lo saben, pero lo hacen igual. La intención es inculcar la mentalidad judaica de la culpa compartida, como se explica más a fondo en “La culpa, arma de guerra cultural”, con la cual la culpa recae en todo el conjunto de hombres, aunque la inmensa mayoría sean inocentes.
Uniformidad mediática y población borrega.
La propaganda mediática de criminalización de los hombres es la misma y es uniforme en todos los medios de manipulación, pues todos transmiten el mismo mensaje victimista a la vez. No es el único asunto en el que todos dicen lo mismo, pero sí uno de los asuntos en los que quedan con el culo al aire de una manera más evidente. Demuestra bien claramente que no hay dictadura como la del dinero, cuando se trata de que todos los arrastrados periodistas obedezcan la consigna marcada por sus amos. Esta uniformidad mediática es necesaria para que la población interiorice y asimile como verdades las consignas de la propaganda. Es necesario que todos los pastores den el mismo mensaje para que las ovejas vayan por el camino marcado, pues si alguno diera una orden distinta, cundiría la confusión entre el rebaño.
No es este el único asunto, desde luego, en el que la población, la gente, demuestra lo absolutamente borrega y manipulable que es, repitiendo como loros los falsos tópicos que los medios de manipulación repiten machaconamente una y otra vez sin cesar, pero al ser un asunto tan fácil de criticar, en el que de una manera tan evidente se ve que los medios mienten y manipulan, que tanta gente durante tantos años haya repetido las falsedades de la televisión, demuestra más que con otros asuntos la absoluta inferioridad mental, de inteligencia y de falta de personalidad de la gran mayoría de la población, cosa que por otra parte es lograda gracias a los programas de manipulación mental que se inician desde la mas tierna infancia, en las escuelas y que prosigue a lo largo de toda su vida en todos los ámbitos (“comida”, “cultura”, “ocio”, etc)
Llama la atención el aguante, por no decir estupidez, que tienen la mayoría de hombres. Al primer signo de feminismo hace años ya debían haberse rebelado, y no haber necesitado años y años para empezar tímidamente a quejarse. Se denota una falta total de personalidad y valía.
Y otra cosa que llama la atención es la facilidad de las mujeres para aceptar el discurso victimista feminista, en vez de encarar la realidad como es y ponerse en el lado de la justicia: Están siendo utilizadas como estrategia de control social.
Es ridículo también comprobar cómo los hombres progres apoyan el feminismo, a pesar de ser perjudicial y contraproducente para sí mismos. Es otra prueba de que el progresismo es una ideología de tipo “religioso”, seguida por sus seguidores igual que si se tratara de una religión, y la religión no necesita de la realidad para ser aceptada, pues sólo necesita creer en ella.
Motivos.
Veamos los motivos de esta continua criminalización:
Generar un artificial ambiente de alarma social para alcanzar un estado de represión jurídica contra los hombres, y alcanzar así una sociedad controlada y dominada llena de censura y represión.
Los medios de manipulación le dicen a la gente lo que tiene que pensar, qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Los políticos que acceden a la presidencia (todos ellos Masones, Rosacruces, Templarios, Jesuitas, etc) si “quieren” ser votados, tienen que responder a la “demanda social” que artificialmente han creado los medios de manipulación (dirigidos éstos por la mismos mencionados anteriormente y sus superiores).
Así ha surgio la monstruosa “Ley de Violencia de Género”, que viola el principio de presunción de inocencia o el de igualdad ante la ley, que ante el mismo delito se muestra mucho más duro con los hombres que con las mujeres, que tiene en cuenta denuncias sin probar contra los hombres, etc. Una auténtica golfería, un crimen de Estado de carácter puramente antinatural.
Esto da impunidad a las mujeres y ya se han dado muchos casos de falsas acusaciones. Hasta ese punto de degeneración se ha llegado, ante la pasividad de una población despreciable y paralizada. Con la excusa de controlar la violencia doméstica, se empiezan a poner en marcha proyectos anunciados desde hace tiempo por diversa gente, como el control gubernamental de los individuos por medio de chips individualizados o correas, como a los perros.
La ley se aprobó durante el mandato del PSOE con Zapatero, sigue vigente con el PP y con la connivencia, todo este tiempo, del resto de partidos “alternativos” demostrándose así una vez más que TODOS sirven al mismo amo.
Distraer a la gente de problemas más graves y más reales que el inexistente problema de la violencia de género, como el desempleo, la corrupción de los políticos, periodistas y empresarios, la invasión inmigrante, etc.
Inculcar complejo de culpa a los hombres. ¿Por qué a los hombres? Porque son los más rebeldes, los que tienen más fuerza para rebelarse. Dice un dicho del fútbol que “la mejor defensa es el ataque” y la defensa de este régimen tiránico y despreciable comienza por el ataque, por intentar generar complejo de culpa a los hombres por cualquier gilipollez, como esta, para que estén avergonzados simplemente de ser hombres.
Aumentar la estabilidad del régimen, tanto dividiendo a la sociedad (como con el feminismo), como favoreciendo a grupos minoritarios que le apoyen. Para gobernar hay que asegurarse el tener contentos a los que te quieren desalojar del poder, no a la mayoría borrega pasiva, conformista y débil mental a la que se explota.
Desprestigiar la familia y la convivencia familiar.
Disminuir la natalidad: Al convencer a los hombres de que las mujeres tienen las de ganar en separaciones y divorcios, se les disuade para que no tengan hijos ni formen parejas y disminuya así la natalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario