miércoles, 17 de octubre de 2012

El Hombre Bueno

Por John Theother


Él es el hombre bueno.probaci{on.

“¡Miren! ¡Miren! ¡Estoy usando el látigo en mí mismo! ¡Soy uno de los hombres buenos! ¡Miren! ¡Miren! ¡Yo no soy como los otros hombres!

Este esclavo, este cobarde, está suplicando en su búsqueda de aprobación – él es un hombre bueno y para probarlo él va a despreciar a todos los otros hombres; quienes no son como él, demostrando que él, demostrando que él es uno de los hombres buenos; de rodillas, o muy ocupado atacando a otros hombres quienes aún no saben que deberían vivir en un estado de pedir disculpas de forma continua por existir.

Ahora, algunos llamarían a ese hombre que pide perdón con una palabra poco genil. Un mangina. Esa es una palabra que yo no uso generalmente. A pesar que es apropiadamente insultante, le falta poder explicativo. Otros van a llamarlo un caballero blanco. Son la misma criatura. Un hombre, que se rinde de la razón, moralmente rindiendo el derecho a identificarse como un ser humano en favor la identidad de consenso otorgada a él por el grupo, basado en su utilidad, su conformidad, o a la efectividad de sus súplicas a los miembros preferidos del grupo, como las mujeres.

Pero la motivación subyacente para que los hombres manifiesten las características de lloriqueo, suplicando por perdón, o las características amorales de vigilantes violentos del pensamiento grupal y del conformismo – son las mismas motivaciones. La primera es el miedo a perder su identidad como “hombres buenos”. Esto es la cobardía de la identidad o la inhabilidad o la incapacidad o la falta de voluntad para definirse a si mismos como ser humanos valiosos sin considerar la aprobación del grupo.

La segunda razón, la cual opera en conjunto con la primera es la rendición de la brújula moral interna en favor del conformismo. Lo que está bien, o lo que es cierto será lo que el grupo diga que está bien o simplemente lo que los que mueven la opinión pública en el grupo digan que está bien.

Pero ¿Que pasa si los que mueven la opinión pública en el grupo son personas inmaduras, violentas o con prejuicios o si demuestran otras señales de enfermedad mental, particularmente una constelación de cualidades asociadas con problemas de personalidad de alto conflicto? Entonces el pensamiento grupal, la realidad por consenso se convierte en una realidad de paranoia, odio y finalmente de violencia. Las reglas aceptadas para la sociedad civilizada se van por la ventana, porque a los hombres les falta la valentía para definirse a si mismos, pero permiten que sean guiados por el miedo a perder su identidad de grupo como hombres buenos – estos hombres se convierten en los vigilantes de la ética pública de pensamiento grupal atávico; nosotros versus ellos entre las líneas de desacuerdos triviales, ostracismo social, conformismo motivado por el miedo y complicidad autoritaria; u odio y obligar violentamente a cumplir las leyes o las normas sociales, las cuales son fundamentalmente tóxicas y disfuncionales.

Y todo esto es facilitado por la cobardía de esos hombres quienes son definidos por el grupo como hombres buenos. Los héroes que se disculpan para obligar al cumplimiento de los caprichos de bebitas muy viejas con complejo de princesas.

Así que llegamos al único hombre bueno. El que, al distinguirse a si mismo como bueno, considera a todos los demás como malos. Mírenlo, él defiende a las mujeres, él defiende a los niños, porque todos los otros hombres han fallado en reconocer la necesidad de todas las mujeres en ser defendidas. Los hombres malos han fallado en reconocer que las mujeres son básicamente impotentes, débiles, en necesidad de ser rescatadas, elevadas, protegidas e insuladas de cualquier posible incomodidad, perturbación o crítica.

Él es el único hombre bueno.

Esto obviamente es el porqué su violencia, hecha o iniciada a beneficio de aquellas flores frágiles e impotentes a las que él defiende, es excusable. Ciertamente, su violencia, la cual él, al ser bueno, podría o no realizar el mismo o a través de forma indirecta. Su violencia es virtuosa porque él es bueno. Y si no eres él, entonces eres un hombre malo. De hecho, tú podrías no ser un ser humano. Mejor será que te pongas de rodillas, te disculpes y admitas tu privilegio, si, por supuesto, si alguna vez esperas llegar a ser bueno.

Si tú dejas que el miedo de perder tu estatus como hombre bueno - permitiendo que pierdas tu identidad, tu brújula y cualquier sentido del bien y del mal, entonces simplemente estás suplicando por aprobación. y tú podrías permitirte a ti mismo un poco de violencia a beneficio de bebitas crecidas quienes no te consideran humano ni tampoco a todos los otros hombres en favor de utilidad y conformidad.

Pero qué mundo de odio, miedo, enemigos, gente dentro del grupo y fuera de grupos, gente buena y genta mala, basándose en biología o conformidad cobarde - todavía no vivimos en ese mundo, ni tampoco quiero vivir ahí.

Él está de rodillas figurativamente hablando, suplicando sobre su aparente privilegio. Él tiene permitido hablar en cuanto que empiece cada frase buscando a

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