De acuerdo, alguien me envió un link a un artículo en The
Atlantic, llamado “¿Qué está mal con el Acta en contra de la violencia a la
Mujer?” Ahora supongo que yo podría destruír todo el artículo, confirmando
muchos de sus puntos y examniar que es lo que deja fuera del análisis, pero no
llegué más allá que las primeras frases que dicen lo siguiente:
“Una ley que fue diseñada para rectificar como la
discriminación de género inclina la balanza demasiado lejos, poniendo a los
hombres acusados en una desventaja injusta.”
Hay tantas cosas malas en esa frase, ni siquiera sé donde
empezar. Oh, esperen, si sé dónde empezar.
La ley nunca fue diseñada para rectificar discriminación
de género. Fue diseñada para incrementar la discriminación de género que ya
existía. Creer que había discriminación de género EN CONTRA de las mujeres en
leyes de violencia doméstica ni en la actitud de la sociedad hacia esta
violencia, sino que es para esencialmente reescribir la historia de las
mujeres, y para ignorar completamente la historia de las mujeres.
Hasta principios de los años 1700s en Inglaterra existían
leyes arcaicas sobre la discreción del marido para castigar físicamente a sus
esposas. Mediante esta ley, un esposo tenía permitido darle a su esposa
“Corrección Gentil,” y creo que es importante destacar que esta ley existía
porque un esposo respondía legalmente por las acciones de su esposa. Si ella
cometía un crimen público – robar o asaltar a alguien, por ejemplo, o incluso
si ella apostaba la fortuna de la familia – era el esposo quien era hecho
responsable, legal, financiera y socialmente. Esta ley le permitida el poder de
la corrección “dentro de límites razonables” y en realidad le prohibía al
esposo usar violencia.
Quiero decir un par de cosas:
Creo que, considerando la naturaleza de la cultura en ese
entonces, que tan común era el castigo corporal para los niños (no sólo por
parte de los padres), criminales convictos, sirvientes y aprendices, etc, la
definición de 1720s dentro del contexto de violencia doméstica – actualmente
las definiciones incluyen “no hablarle a tu esposa” o “usar lógica”- debieron
de haber sido muy diferentes.
Considerando que un esposo respondía por el
comportamiento de su esposa en público y por cualquier maldad o crimen que ella
cometa ante otros, prohibirle CUALQUIER método de hacerla responsable ante ÉL
hubiera sido un tremendo desbalance de poder dentro de la institución del
matrimonio. La ley igualmente le daba a los hombres el derecho de corregir el
comportamiento de cualquier individuo por el cual él respondiese legalmente –
niños y aprendices, por ejemplo.
Y finalmente, antes que alguien mencione la idea de que
los hombres respondían por el comportamiento de sus esposas porque ellos tenían
autoridad sobre sus esposas, y esa autoridad les beneficiaba por el sistema
para oprimir a las mujeres, voy a cambiar la secuencia de esa línea de
pensamiento.
En lugar de “matrimonio es una institución para oprimir a
las mujeres para el beneficio de los hombres” por lo tanto “los esposos tienen
autoridad sobre sus esposas” por lo tanto “los hombres responde por sus esposas
puesto que ellos podrían ordenar a que sus esposas hagan cosas malas,” voy a
poner una secuencia lógica diferente basada en un supuesto primario diferente.
“El matrimonio era una institución diseñada para servir a los niños y proteger
a las mujeres” por lo tanto “las mujeres tenían el derecho a la protección por
parte de sus esposos” por lo tanto “los hombres deben de actuar como un escudo
entre sus esposas y la violencia del resto del mundo, incluyendo la violencia
de la ley” por lo tanto “los hombres deben de tener autoridad sobre sus
esposas.” Eso es, si un hombre debe de responder por su esposa para protegerla
de las consecuencias de incluso sus propias acciones, entonces ella debería al
menos responderle a ÉL.
¿Por qué puse esta secuencia basada en un supuesto
inicial diferente? Porque había leyes que limitaban lo que los esposos podían
hacer legalmente a las mujeres bajo su autoridad. No sólo física, sino que
financieramente también. Las leyes como la Cobertura también existían para
proteger a las mujeres del abuso financiero de sus esposos. La ley de cobertura
requería que una mujer quien sea dueña de una propiedad y quisiera venderla –
digamos, una casa que ella trajo al matrimonio- para ser vendida fuera de la
presencia del esposo por un oficial legal que determine si ella realmente
quiere venderla y si el esposo no la estaba forzando a venderla.
Y también señalo esto porque un matrimonio para toda la
vida es un mal negocio para los hombres – el valor de un hombre en el mercado
sexual con frecuencia se incrementa con la edad, mientras más acumula riqueza y
estatus social, mientras el valor sexual de una mujer SIEMPRE disminuye y
eventualmente se desvanece en la nada mucho antes que ella muera de vieja.
En una sociedad “dominada por los hombres” donde el
matrimonio FUE diseñado para oprimirá a las mujeres por el beneficio de los
hombres, hubiera sido legalmente fácil, socialmente aceptable e incluso se
hubiera incentivado que un hombre se divorcie de su esposa en el momento en el
que su juventud y belleza se desvaneciesen, si él la hubiese podido cambiar por
alguien mejor. Tal vez alguien MUCHO mejor considerando que él tuvo una década
o dos para adquirir más riqueza, y considerando que él es dueño de sus niños,
quienes han contribuido a esa riqueza en una época de trabajo infantil.
Y francamente, toda la noción de que el matrimonio es el
equivalente de opresión femenina y esclavitud se contradice con los escritos de
expertos alrededor del espectro político declarando que las mujeres quieren
esposo y los hombres no están haciendo su deber de arrastrarse a si mismos al
altar. Si el matrimonio es una forma de esclavitud par las MUJERES, ¿Por qué
son las mujeres las que todavía desean el matrimonio? Y si es una institución
diseñada para beneficiar a los hombres ¿Por qué son los HOMBRES quienes la
están evitando como si fuese la plaga?
Entonces pienso que es razonable asumir que en el pasado,
un hombre se esperaba que sea un escudo entre su esposa y los peligros del
mundo, incluso los peligros puestos por las consecuencias criminales de de las
propias acciones de la esposa. ¿Acaso ALGUIEN cree que sería remotamente justo
darle a un hombre el trabajo de guardaespaldas y manager, hacerlo responsable
no sólo de su seguridad sino de la de la gente a su cargo y después no darle
ningún medio para que fuerce su juicio en las personas bajo su mando? Decirle,
“Si esta persona es lastimada, te haremos responsable, y si ella comete un
crimen, tú serás castigado por ese crimen, pero oh, por cierto, ella no tiene
que hacer nada de lo que tú le digas”?
Tan temprano como 1768 cuando Lord Blackstone, reunió a
todas las leyes de Inglaterra en un gran compendio, fue muy claro que la
violencia física e incluso la restricción física por los maridos en contra de
las esposas era una violación de la ley, a pesar que noto que era común que se
ignoren tales violaciones en las personas de clase social más baja. Tal vez
porque los miembros femeninos en las clases sociales más bajas tienen mayor
probabilidad de encontrarse en el lado equivocado de la ley, los miembros
hombres de las clases sociales más bajas pasaban más horas al día trabajando y
por lo tanto tenían menos tiempo para supervisar el comportamiento de sus
esposas, y todos los miembros de esas clases sociales eran sujetos a
condiciones de vida muy pobres, lo cual significaba que encarcelar a un esposo
abusivo haría que su esposa se vea en una situación financiera terrible.
De la misma forma en los Estados Unidos, ha habido leyes
en contra de golpear a las esposas desde antes de la Revolución Americana, y
para 1870 era oficialmente ilegal en casi todos los estados. He oído de sólo un
estado con una ley de violencia doméstica de género neutro en este periodo – la
ley de Massachusetts Bay Colony en 1655. Incluso antes de que se emitiesen
estas leyes, los esposos que golpeaban a sus esposos podían y eran arrestados y
castigados por abusar de sus esposas usando el simple cargo criminal de asalto
y golpes. Los castigos por golpear a la esposa incluían 40 azotes en un poste
público, las multas iban desde 255 dólares a 1000 dólares y las sentencias de 1
a 5 años de prisión.
Adicionalmente, los miembros masculinos de la familia,
los vecinos y los miembros de las congregaciones religiosas, eran conocidos por
actuar como justicia vigilante sobre los golpeadores de esposas – a veces
golpeándolos, secuestrándolos y latigueándolos, e incluso expulsándolos del
pueblo. He leído historias de fuentes feministas que han incluido fragmentos de
diarios de las mujeres, con frecuencia hay parientes masculinos o amigos de la
familia quienes dan un paso al frente y remueven a la mujer golpeada de la
presencia inmediata del abusador, o incluso de la casa, cuando se presencia
abusos serios.
Y por lo tanto cualquiera que venga y declare que estas
protecciones y restricciones no son basadas en género sino en desigualdades de
poder entre la gente quienes tenían autoridad sobre otros (maridos) y aquellos
quienes estaban bajo esos poderes (esposas), voy a decir que están mintiendo.
Porque, tenemos un ejemplo perfecto de una desigualdad
enorme, social, legal y sistémico en la historia en donde las mujeres recibían
protecciones que otros igualmente impotentes y vulnerables no recibían – la
esclavitud.
En Francia y en España, en los primeros días de la
esclavitud, existían provisiones en el código de esclavos para proteger a
mujeres embarazadas y enfermas del abuso físico. Otras enmiendas legales
prohibían el uso o abuso de esclavas por dueños de esclavos- violación por
dueños o proxenetismo.
En el siglo 19, Gran Bretaña introdujo leyes que
limitaban los tipos de castigos permitidos para las mujeres esclavas, prohibiendo
castigos en público, restringir el número de azotes que ella podría recibir y
protegiendo cualquier castigo corporal para una esclava embarazada.
Y a pesar que hacer cumplir estas leyes probablemente
dejó mucho que desear, no existían tales protecciones legales para los esclavos
hombres.
Sólo 2/3 de las esclavas fueron llevadas a las colonias
europeas en comparación con los hombres esclavos, sin embargo, en muchas
colonias las mujeres sobrepasaban en número a los hombres – porque ellas vivían
más tiempo. Me pregunto ¿Por qué?
Recuerden que cuando yo era una niña, los niños y niñas
todavía recibían castigos corporales en algunas escuelas – incluyendo la
escuela caning. Entonces las actitudes hacia el castigo físico eran MUY
diferentes de las que existen el día de hoy – aún así las esposas y las
esclavas mujeres tenían protecciones legales que prohibían a aquellos con
autoridad de llegar demasiado lejos, mientras que los hombres no tenían tales
protecciones.
Ni tampoco ellos estaban protegidos en NINGUNA forma de la
violencia de sus esposas. De hecho, cuando un hombre era golpeado por su
esposa, la comunidad lo hacía responsable por ESO también. En Francia, cuando
los vecinos descubrían que un hombre en su comunidad estaba siendo dominado o
golpeado por su esposa, él era desfilado por el pueblo mientras estaba sentado
al revés en un burro, agarrando la cola del burro, mientras la multitud lo
ridiculizaba. En Inglaterra, los hombres golpeados eran rutinariamente
amarrados a carretas y sujetos a la burla y el desdén de la comunidad.
Esencialmente castigados por el abuso que ellos sufrían a manos de sus esposas
– abuso, debería agregar, que no había límites en los códigos legales ni restricciones en la mayoría de las
jurisdicciones.
Y mientras muchos expertos han atribuido este trato a algún
tipo de adherencia ciega a la norma patriarcal de “El Esposo es el Señor de su
Casa” y la denigración sistémica y el desprecio para los hombres débiles que
todavía existe el día de hoy, cuando miras las cosas con un poquito de más
profundidad, las cosas no son tan simples.
La vida era mucho más dura entonces y como he dicho antes,
cuando la vida en una comunidad son duras, las cosas en el bienestar
individual, la seguridad y la satisfacción tienden a no ser prioridades en
comparación con cosas más importantes como la cohesión social y la
supervivencia de la colectividad.
En ese entonces, cuando una mujer se casaba, sólo había una
entidad legal a la cual ella era completamente responsable – su marido. Una
mujer quien golpeaba a su marido era vista como una GRAN amenaza a la
estabilidad de la comunidad. Aquí hay una mujer capaz de desafiar las
convenciones sociales y la autoridad
legal de su marido, un rompimiento de los tabues legales y sociales. Si
semejante mujer – una ya predispuesta a ignorar las relgas de la sociedad –
tienes un comportamiento peligroso o malicioso fuera del hogar, no hay forma de
que la sociedad para hacerla a ella responsable de sus acciones. Ese era el
trabajo de su marido, y claramente él no pudo lograr esa tarea.
Si ella cometía un crimen, su marido podría ser enviado a
prisión por ello y si eso sucedía que tipo de restricción externa podría
ponerse ella en su propio comportamiento – la autoridad de su esposo – estaría
totalmente fuera de la imagen. Ella podría, de hecho, ser libre para crear caos
en la comunidad, una mujer socialmente irresponsable quien no responde a nadie.
Forzar a un hombre a montar un burro sentado al revés
servía a un par de propósitos dentro de la comunidad. Primero, ponía en
advertencia a otros hombres, recordándoles que tan importante era para la
cohesión social que ellos ejecuten autoridad dentro de sus hogares y que
controlen a sus esposas. Cualquier hombre mirando o participando en semejante
espectáculo se le recordaría que tipo de cosas le pasarían a él si le fallase a
la comunidad de la misma forma en la que este pobre diablo falló. Y segundo, esencialmente
le quitaba al hombre golpeado cualquier tipo de respeto o estatus dentro de la
comunidad, lo cual tenía la consecuencia para su esposa – quien compartía el
respeto y el estatus social de su marido – y ella no podría evitar esa
consecuencia. Ella no podría ser castigada directamente por su comportamiento.
pero ella podría ser castigada a través de la humillación pública de su marido,
y la disminución de su propio estatus social que lo acompañaba. Si el desprecio
de la comunidad se extendía en cosas tales como, por ejemplo, perder el
trabajo, ella se vería forzada a vivir con las consecuencias de eso también
Unas cuantas cosas han cambiado desde esa época, cuando
se trata de esposos golpeados. Ya han desaparecido los rituales de ridículo público,
pero los hombres siguen siendo, en gran medida, responsables por el abuso que
sufren y las mujeres son excusadas de sus malos comportamientos en el
matrimonio. Todavía existe poca ayuda o asistencia para semejantes hombres
porque la Teoría del Patriarcado es una realidad retorcida que ha engañado a
todos a creer que los esposos golpeados no pueden existir. Las abusadoras
mujeres todavía no son hechas responsables por sus comportamientos ni tampoco
la comunidad interviene en la forma en la forma en la que siempre lo ha
hecho cuando los hombres abusaban
horriblemente de sus esposas – en cambio esperamos que cada hombre individual
enfrente sus problemas solos.
Leyes y arrestos policiales son más sesgados que nunca, pero
los hombres ya no son vistos como el escudo entre sus esposas y la violencia
del resto del mundo, incluso la violencia de la ley. Esto es porque hemos sido
engañados en creer que el matrimonio era una institución diseñada para oprimir
en vez de proteger y apoyar a las mujeres. Hemos sido engañados en creer que el
matrimonio siempre fue un mal negocio para las mujeres y un gran negocio para
los hombres, a pesar del hecho de que la maternidad soltera – la cual es una
lucha incluso ahora – hubiera sido una viaje de ida a la pobreza extrema para
el 99% de las mujeres en la historia, y a pesar del hecho de que el componente
de “por vida” fue diseñado para evitar que los hombres abandonen a sus esposas
después de la menopausia, en vez de que evitar que sean las mujeres las que se
vayan.
Hemos sido engañados a creer que el trabajo del marido
era el de abusón en lugar de guardaespaldas, y que la sociedades “dominadas por
los hombres” son opresivas para las mujeres porque hey, cuando los hombres
están a cargo siempre van a haber actos que van a beneficiar a los hombres sin
siquiera considerar el bienestar de las mujeres. Hemos sido engañados a creer
que los derechos y libertades extra que los hombres tenían eran galletitas que
se les daba sólo “porque son hombres” en lugar de porque las mujeres eran
biológicamente vulnerables y dependientes de los hombres, y darles derechos y
libertades extras a esos hombres les permitía hacer el trabajo que la sociedad
esperaba que ellos hicieran – apoyar y proteger a las mujeres.
Hemos sido engañados a pensar que la autoridad que la sociedad
le daba a los maridos dentro el matrimonio era un método para oprimir a las
mujeres, en lugar de un componente necesario dentro de las expectativas de los
hombres para que protejan a las mujeres, incluso de las consecuencias de sus
propios actos. Hemos sido engañados a creer que le excepción – el marido que
usaba su autoridad para victimizar y abusar cruelmente de su esposa – era la
regla.
Hemos sido engañados a creer que el esposo golpeado es un
sketch cómico muy honorable que hace sus apariencias en caricaturas de Bugs
Bunny en las mañanas de los domingos, porque siempre han sido tan RAROS estos
casos, en lugar de porque desafía nuestra narrativa de género interna de que
las mujeres son inofensivas y merecedoras de la protección y la nuestra expectativa
de que los hombres sean los fuertes y los capaces de hacerse cargo de y
protegerse ellos mismos así como a otros.
Hemos sido manipulados a creer que la violencia doméstica
en contra de las mujeres NUNCA fue considerada como un crimen hasta que el feminismo llegó a
iluminarnos, y que SIEMPRE fue socialmente aceptable, a pesar de toneladas de evidencia
histórica que prueba lo contrario. Y mientras más seguro se vuelve el mundo y
las mujeres se vuelven menos y menos directamente dependientes de los hombres
individuales, las mujeres se convierten en su propia forma de apoyo y
protección, más fácil es para nosotros creer que los hombres brutos y
abusadores por naturaleza, y es más fácil para nosotros botarlos a la basura
cuando son ellos los abusados.
Ya ni siquiera los notamos.
Porque antes de la era de la
píldora, manutención infantil forzada, guarderías subsidiadas por el estado,
calles seguras, beneficios de bienestar por el estado y trabajos seguros y
detrás de puertas, el trabajo de proteger y proveer a las mujeres.. bueno, los
trabajos necesarias caían en los hombres individuales y era necesario mantener cerca
a esos hombres individuales para que hagan el trabajo.
Hace 200 años atrás, la comunidad no podía pretender que
un marido golpeado no existía, bueno… hemos recorrido un camino largo, nena, y
hemos llegado al punto en nuestra evolución social, donde la sociedad, en lugar
de los hombres individuales, pueden hacer el trabajo de apoyar y proteger a las
mujeres de los peligros, incluso cuando esos peligros son consecuencias de sus
propias acciones, y donde los hombres golpeados, en vez de ser sujetos a
rituales humillantes, son esencialmente invisibles a todos, incluso cuando
están parados en frente de nosotros, porque podemos permitirnos que no nos
importe de ninguna forma.
Al desafiar nuestros supuestos de género, los hombres
golpeados nos ponen tan incómodos que los convertimos en abusadores en
cualquier forma que podemos y cuando no podemos, preferimos cerrar los ojos y
meter nuestros dedos en las orejas cuando ellos suplican por ayuda, en lugar de
reconocer su existencia. Y cuando la gente que es lo suficientemente
inteligente para darse cuenta que VAWA es el equivalente de apartheid de género
y que está trabajando bajo una mal-representación histórica de leyes y
actitudes sociales sobre como la violencia doméstica discriminaba en contra de
las MUJURES, no es una maravilla preguntarse ¿Por qué es tan fácil para el resto
de la sociedad poner bajo la alfombra a
todas esas víctimas?
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