domingo, 8 de abril de 2012

El Hombre Invisible y Montar al Revés Al Burro


De acuerdo, alguien me envió un link a un artículo en The Atlantic, llamado “¿Qué está mal con el Acta en contra de la violencia a la Mujer?” Ahora supongo que yo podría destruír todo el artículo, confirmando muchos de sus puntos y examniar que es lo que deja fuera del análisis, pero no llegué más allá que las primeras frases que dicen lo siguiente:
“Una ley que fue diseñada para rectificar como la discriminación de género inclina la balanza demasiado lejos, poniendo a los hombres acusados en una desventaja injusta.”

Hay tantas cosas malas en esa frase, ni siquiera sé donde empezar. Oh, esperen, si sé dónde empezar.

La ley nunca fue diseñada para rectificar discriminación de género. Fue diseñada para incrementar la discriminación de género que ya existía. Creer que había discriminación de género EN CONTRA de las mujeres en leyes de violencia doméstica ni en la actitud de la sociedad hacia esta violencia, sino que es para esencialmente reescribir la historia de las mujeres, y para ignorar completamente la historia de las mujeres.

Hasta principios de los años 1700s en Inglaterra existían leyes arcaicas sobre la discreción del marido para castigar físicamente a sus esposas. Mediante esta ley, un esposo tenía permitido darle a su esposa “Corrección Gentil,” y creo que es importante destacar que esta ley existía porque un esposo respondía legalmente por las acciones de su esposa. Si ella cometía un crimen público – robar o asaltar a alguien, por ejemplo, o incluso si ella apostaba la fortuna de la familia – era el esposo quien era hecho responsable, legal, financiera y socialmente. Esta ley le permitida el poder de la corrección “dentro de límites razonables” y en realidad le prohibía al esposo usar violencia.

Quiero decir un par de cosas:

Creo que, considerando la naturaleza de la cultura en ese entonces, que tan común era el castigo corporal para los niños (no sólo por parte de los padres), criminales convictos, sirvientes y aprendices, etc, la definición de 1720s dentro del contexto de violencia doméstica – actualmente las definiciones incluyen “no hablarle a tu esposa” o “usar lógica”- debieron de haber sido muy diferentes.

Considerando que un esposo respondía por el comportamiento de su esposa en público y por cualquier maldad o crimen que ella cometa ante otros, prohibirle CUALQUIER método de hacerla responsable ante ÉL hubiera sido un tremendo desbalance de poder dentro de la institución del matrimonio. La ley igualmente le daba a los hombres el derecho de corregir el comportamiento de cualquier individuo por el cual él respondiese legalmente – niños y aprendices, por ejemplo.

Y finalmente, antes que alguien mencione la idea de que los hombres respondían por el comportamiento de sus esposas porque ellos tenían autoridad sobre sus esposas, y esa autoridad les beneficiaba por el sistema para oprimir a las mujeres, voy a cambiar la secuencia de esa línea de pensamiento.

En lugar de “matrimonio es una institución para oprimir a las mujeres para el beneficio de los hombres” por lo tanto “los esposos tienen autoridad sobre sus esposas” por lo tanto “los hombres responde por sus esposas puesto que ellos podrían ordenar a que sus esposas hagan cosas malas,” voy a poner una secuencia lógica diferente basada en un supuesto primario diferente. “El matrimonio era una institución diseñada para servir a los niños y proteger a las mujeres” por lo tanto “las mujeres tenían el derecho a la protección por parte de sus esposos” por lo tanto “los hombres deben de actuar como un escudo entre sus esposas y la violencia del resto del mundo, incluyendo la violencia de la ley” por lo tanto “los hombres deben de tener autoridad sobre sus esposas.” Eso es, si un hombre debe de responder por su esposa para protegerla de las consecuencias de incluso sus propias acciones, entonces ella debería al menos responderle a ÉL.

¿Por qué puse esta secuencia basada en un supuesto inicial diferente? Porque había leyes que limitaban lo que los esposos podían hacer legalmente a las mujeres bajo su autoridad. No sólo física, sino que financieramente también. Las leyes como la Cobertura también existían para proteger a las mujeres del abuso financiero de sus esposos. La ley de cobertura requería que una mujer quien sea dueña de una propiedad y quisiera venderla – digamos, una casa que ella trajo al matrimonio- para ser vendida fuera de la presencia del esposo por un oficial legal que determine si ella realmente quiere venderla y si el esposo no la estaba forzando a venderla.

Y también señalo esto porque un matrimonio para toda la vida es un mal negocio para los hombres – el valor de un hombre en el mercado sexual con frecuencia se incrementa con la edad, mientras más acumula riqueza y estatus social, mientras el valor sexual de una mujer SIEMPRE disminuye y eventualmente se desvanece en la nada mucho antes que ella muera de vieja.

En una sociedad “dominada por los hombres” donde el matrimonio FUE diseñado para oprimirá a las mujeres por el beneficio de los hombres, hubiera sido legalmente fácil, socialmente aceptable e incluso se hubiera incentivado que un hombre se divorcie de su esposa en el momento en el que su juventud y belleza se desvaneciesen, si él la hubiese podido cambiar por alguien mejor. Tal vez alguien MUCHO mejor considerando que él tuvo una década o dos para adquirir más riqueza, y considerando que él es dueño de sus niños, quienes han contribuido a esa riqueza en una época de trabajo infantil.

Y francamente, toda la noción de que el matrimonio es el equivalente de opresión femenina y esclavitud se contradice con los escritos de expertos alrededor del espectro político declarando que las mujeres quieren esposo y los hombres no están haciendo su deber de arrastrarse a si mismos al altar. Si el matrimonio es una forma de esclavitud par las MUJERES, ¿Por qué son las mujeres las que todavía desean el matrimonio? Y si es una institución diseñada para beneficiar a los hombres ¿Por qué son los HOMBRES quienes la están evitando como si fuese la plaga?

Entonces pienso que es razonable asumir que en el pasado, un hombre se esperaba que sea un escudo entre su esposa y los peligros del mundo, incluso los peligros puestos por las consecuencias criminales de de las propias acciones de la esposa. ¿Acaso ALGUIEN cree que sería remotamente justo darle a un hombre el trabajo de guardaespaldas y manager, hacerlo responsable no sólo de su seguridad sino de la de la gente a su cargo y después no darle ningún medio para que fuerce su juicio en las personas bajo su mando? Decirle, “Si esta persona es lastimada, te haremos responsable, y si ella comete un crimen, tú serás castigado por ese crimen, pero oh, por cierto, ella no tiene que hacer nada de lo que tú le digas”?

Tan temprano como 1768 cuando Lord Blackstone, reunió a todas las leyes de Inglaterra en un gran compendio, fue muy claro que la violencia física e incluso la restricción física por los maridos en contra de las esposas era una violación de la ley, a pesar que noto que era común que se ignoren tales violaciones en las personas de clase social más baja. Tal vez porque los miembros femeninos en las clases sociales más bajas tienen mayor probabilidad de encontrarse en el lado equivocado de la ley, los miembros hombres de las clases sociales más bajas pasaban más horas al día trabajando y por lo tanto tenían menos tiempo para supervisar el comportamiento de sus esposas, y todos los miembros de esas clases sociales eran sujetos a condiciones de vida muy pobres, lo cual significaba que encarcelar a un esposo abusivo haría que su esposa se vea en una situación financiera terrible.

De la misma forma en los Estados Unidos, ha habido leyes en contra de golpear a las esposas desde antes de la Revolución Americana, y para 1870 era oficialmente ilegal en casi todos los estados. He oído de sólo un estado con una ley de violencia doméstica de género neutro en este periodo – la ley de Massachusetts Bay Colony en 1655. Incluso antes de que se emitiesen estas leyes, los esposos que golpeaban a sus esposos podían y eran arrestados y castigados por abusar de sus esposas usando el simple cargo criminal de asalto y golpes. Los castigos por golpear a la esposa incluían 40 azotes en un poste público, las multas iban desde 255 dólares a 1000 dólares y las sentencias de 1 a 5 años de prisión.

Adicionalmente, los miembros masculinos de la familia, los vecinos y los miembros de las congregaciones religiosas, eran conocidos por actuar como justicia vigilante sobre los golpeadores de esposas – a veces golpeándolos, secuestrándolos y latigueándolos, e incluso expulsándolos del pueblo. He leído historias de fuentes feministas que han incluido fragmentos de diarios de las mujeres, con frecuencia hay parientes masculinos o amigos de la familia quienes dan un paso al frente y remueven a la mujer golpeada de la presencia inmediata del abusador, o incluso de la casa, cuando se presencia abusos serios.

Y por lo tanto cualquiera que venga y declare que estas protecciones y restricciones no son basadas en género sino en desigualdades de poder entre la gente quienes tenían autoridad sobre otros (maridos) y aquellos quienes estaban bajo esos poderes (esposas), voy a decir que están mintiendo.

Porque, tenemos un ejemplo perfecto de una desigualdad enorme, social, legal y sistémico en la historia en donde las mujeres recibían protecciones que otros igualmente impotentes y vulnerables no recibían – la esclavitud.

En Francia y en España, en los primeros días de la esclavitud, existían provisiones en el código de esclavos para proteger a mujeres embarazadas y enfermas del abuso físico. Otras enmiendas legales prohibían el uso o abuso de esclavas por dueños de esclavos- violación por dueños o proxenetismo.

En el siglo 19, Gran Bretaña introdujo leyes que limitaban los tipos de castigos permitidos para las mujeres esclavas, prohibiendo castigos en público, restringir el número de azotes que ella podría recibir y protegiendo cualquier castigo corporal para una esclava embarazada.

Y a pesar que hacer cumplir estas leyes probablemente dejó mucho que desear, no existían tales protecciones legales para los esclavos hombres.

Sólo 2/3 de las esclavas fueron llevadas a las colonias europeas en comparación con los hombres esclavos, sin embargo, en muchas colonias las mujeres sobrepasaban en número a los hombres – porque ellas vivían más tiempo. Me pregunto ¿Por qué?

Recuerden que cuando yo era una niña, los niños y niñas todavía recibían castigos corporales en algunas escuelas – incluyendo la escuela caning. Entonces las actitudes hacia el castigo físico eran MUY diferentes de las que existen el día de hoy – aún así las esposas y las esclavas mujeres tenían protecciones legales que prohibían a aquellos con autoridad de llegar demasiado lejos, mientras que los hombres no tenían tales protecciones.

Ni tampoco ellos estaban protegidos en NINGUNA forma de la violencia de sus esposas. De hecho, cuando un hombre era golpeado por su esposa, la comunidad lo hacía responsable por ESO también. En Francia, cuando los vecinos descubrían que un hombre en su comunidad estaba siendo dominado o golpeado por su esposa, él era desfilado por el pueblo mientras estaba sentado al revés en un burro, agarrando la cola del burro, mientras la multitud lo ridiculizaba. En Inglaterra, los hombres golpeados eran rutinariamente amarrados a carretas y sujetos a la burla y el desdén de la comunidad. Esencialmente castigados por el abuso que ellos sufrían a manos de sus esposas – abuso, debería agregar, que no había límites en los códigos legales  ni restricciones en la mayoría de las jurisdicciones.

Y mientras muchos expertos han atribuido este trato a algún tipo de adherencia ciega a la norma patriarcal de “El Esposo es el Señor de su Casa” y la denigración sistémica y el desprecio para los hombres débiles que todavía existe el día de hoy, cuando miras las cosas con un poquito de más profundidad, las cosas no son tan simples.

La vida era mucho más dura entonces y como he dicho antes, cuando la vida en una comunidad son duras, las cosas en el bienestar individual, la seguridad y la satisfacción tienden a no ser prioridades en comparación con cosas más importantes como la cohesión social y la supervivencia de la colectividad.

En ese entonces, cuando una mujer se casaba, sólo había una entidad legal a la cual ella era completamente responsable – su marido. Una mujer quien golpeaba a su marido era vista como una GRAN amenaza a la estabilidad de la comunidad. Aquí hay una mujer capaz de desafiar las convenciones sociales y  la autoridad legal de su marido, un rompimiento de los tabues legales y sociales. Si semejante mujer – una ya predispuesta a ignorar las relgas de la sociedad – tienes un comportamiento peligroso o malicioso fuera del hogar, no hay forma de que la sociedad para hacerla a ella responsable de sus acciones. Ese era el trabajo de su marido, y claramente él no pudo lograr esa tarea.

Si ella cometía un crimen, su marido podría ser enviado a prisión por ello y si eso sucedía que tipo de restricción externa podría ponerse ella en su propio comportamiento – la autoridad de su esposo – estaría totalmente fuera de la imagen. Ella podría, de hecho, ser libre para crear caos en la comunidad, una mujer socialmente irresponsable quien no responde a nadie.
Forzar a un hombre a montar un burro sentado al revés servía a un par de propósitos dentro de la comunidad. Primero, ponía en advertencia a otros hombres, recordándoles que tan importante era para la cohesión social que ellos ejecuten autoridad dentro de sus hogares y que controlen a sus esposas. Cualquier hombre mirando o participando en semejante espectáculo se le recordaría que tipo de cosas le pasarían a él si le fallase a la comunidad de la misma forma en la que este pobre diablo falló. Y segundo, esencialmente le quitaba al hombre golpeado cualquier tipo de respeto o estatus dentro de la comunidad, lo cual tenía la consecuencia para su esposa – quien compartía el respeto y el estatus social de su marido – y ella no podría evitar esa consecuencia. Ella no podría ser castigada directamente por su comportamiento. pero ella podría ser castigada a través de la humillación pública de su marido, y la disminución de su propio estatus social que lo acompañaba. Si el desprecio de la comunidad se extendía en cosas tales como, por ejemplo, perder el trabajo, ella se vería forzada a vivir con las consecuencias de eso también

Unas cuantas cosas han cambiado desde esa época, cuando se trata de esposos golpeados. Ya han desaparecido los rituales de ridículo público, pero los hombres siguen siendo, en gran medida, responsables por el abuso que sufren y las mujeres son excusadas de sus malos comportamientos en el matrimonio. Todavía existe poca ayuda o asistencia para semejantes hombres porque la Teoría del Patriarcado es una realidad retorcida que ha engañado a todos a creer que los esposos golpeados no pueden existir. Las abusadoras mujeres todavía no son hechas responsables por sus comportamientos ni tampoco la comunidad interviene en la forma en la forma en la que siempre lo ha hecho  cuando los hombres abusaban horriblemente de sus esposas – en cambio esperamos que cada hombre individual enfrente sus problemas solos.

Leyes y arrestos policiales son más sesgados que nunca, pero los hombres ya no son vistos como el escudo entre sus esposas y la violencia del resto del mundo, incluso la violencia de la ley. Esto es porque hemos sido engañados en creer que el matrimonio era una institución diseñada para oprimir en vez de proteger y apoyar a las mujeres. Hemos sido engañados en creer que el matrimonio siempre fue un mal negocio para las mujeres y un gran negocio para los hombres, a pesar del hecho de que la maternidad soltera – la cual es una lucha incluso ahora – hubiera sido una viaje de ida a la pobreza extrema para el 99% de las mujeres en la historia, y a pesar del hecho de que el componente de “por vida” fue diseñado para evitar que los hombres abandonen a sus esposas después de la menopausia, en vez de que evitar que sean las mujeres las que se vayan.

Hemos sido engañados a creer que el trabajo del marido era el de abusón en lugar de guardaespaldas, y que la sociedades “dominadas por los hombres” son opresivas para las mujeres porque hey, cuando los hombres están a cargo siempre van a haber actos que van a beneficiar a los hombres sin siquiera considerar el bienestar de las mujeres. Hemos sido engañados a creer que los derechos y libertades extra que los hombres tenían eran galletitas que se les daba sólo “porque son hombres” en lugar de porque las mujeres eran biológicamente vulnerables y dependientes de los hombres, y darles derechos y libertades extras a esos hombres les permitía hacer el trabajo que la sociedad esperaba que ellos hicieran – apoyar y proteger a las mujeres.

Hemos sido engañados a pensar que la autoridad que la sociedad le daba a los maridos dentro el matrimonio era un método para oprimir a las mujeres, en lugar de un componente necesario dentro de las expectativas de los hombres para que protejan a las mujeres, incluso de las consecuencias de sus propios actos. Hemos sido engañados a creer que le excepción – el marido que usaba su autoridad para victimizar y abusar cruelmente de su esposa – era la regla.

Hemos sido engañados a creer que el esposo golpeado es un sketch cómico muy honorable que hace sus apariencias en caricaturas de Bugs Bunny en las mañanas de los domingos, porque siempre han sido tan RAROS estos casos, en lugar de porque desafía nuestra narrativa de género interna de que las mujeres son inofensivas y merecedoras de la protección y la nuestra expectativa de que los hombres sean los fuertes y los capaces de hacerse cargo de y protegerse ellos mismos así como a otros.

Hemos sido manipulados a creer que la violencia doméstica en contra de las mujeres NUNCA fue considerada como  un crimen hasta que el feminismo llegó a iluminarnos, y que SIEMPRE fue socialmente aceptable, a pesar de toneladas de evidencia histórica que prueba lo contrario. Y mientras más seguro se vuelve el mundo y las mujeres se vuelven menos y menos directamente dependientes de los hombres individuales, las mujeres se convierten en su propia forma de apoyo y protección, más fácil es para nosotros creer que los hombres brutos y abusadores por naturaleza, y es más fácil para nosotros botarlos a la basura cuando son ellos los abusados.

Ya ni siquiera los notamos.

Porque antes de la era de la píldora, manutención infantil forzada, guarderías subsidiadas por el estado, calles seguras, beneficios de bienestar por el estado y trabajos seguros y detrás de puertas, el trabajo de proteger y proveer a las mujeres.. bueno, los trabajos necesarias caían en los hombres individuales y era necesario mantener cerca a esos hombres individuales para que hagan el trabajo.

Hace 200 años atrás, la comunidad no podía pretender que un marido golpeado no existía, bueno… hemos recorrido un camino largo, nena, y hemos llegado al punto en nuestra evolución social, donde la sociedad, en lugar de los hombres individuales, pueden hacer el trabajo de apoyar y proteger a las mujeres de los peligros, incluso cuando esos peligros son consecuencias de sus propias acciones, y donde los hombres golpeados, en vez de ser sujetos a rituales humillantes, son esencialmente invisibles a todos, incluso cuando están parados en frente de nosotros, porque podemos permitirnos que no nos importe de ninguna forma.

Al desafiar nuestros supuestos de género, los hombres golpeados nos ponen tan incómodos que los convertimos en abusadores en cualquier forma que podemos y cuando no podemos, preferimos cerrar los ojos y meter nuestros dedos en las orejas cuando ellos suplican por ayuda, en lugar de reconocer su existencia. Y cuando la gente que es lo suficientemente inteligente para darse cuenta que VAWA es el equivalente de apartheid de género y que está trabajando bajo una mal-representación histórica de leyes y actitudes sociales sobre como la violencia doméstica discriminaba en contra de las MUJURES, no es una maravilla preguntarse ¿Por qué es tan fácil para el resto de la sociedad  poner bajo la alfombra a todas esas víctimas?




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