viernes, 6 de abril de 2012

Vleaks: Sumisión Femenina como Dominio Emocional



Saludos, esta es typhonblue y el día de hoy estoy presentando la primera parte de una serie a la que llamo Vleaks, descubriendo el código femenino.

Esta serie se va a enfocar en como las mujeres manejan y desarrollan poder en una forma femenina y al decir de forma femenina, me refiero a una combinación de biología femenina y construcciones sociales.

Quiero notar las acusasciones inevitables de misoginia, si consideras que esta serie es misoginia, entonces por extensión todo el cuerpo de trabajo, mirando al uso y abuso de poder del uso y abuso de poder de los hombres incluyendo mi blog sobre la estructura de poder masculino: apexualidad es una océano de misandria, suficiente para ahogar al mundo entero, en comparación esto es una gota. Concluyendo la introducción, advertencias hechas, he aquí el episodio inagural de Vleaks: Sumisión Femenina como Domino Emocional.

Para explicar el origen de nuestra sonriente actitud de superioridad, analicemos con profundidad el concepto de la esposa rendida, para los que no lo saben, una esposa rendida es una mujer quien ha decidido, con frecuencia de forma unilateral, delegar toda su agencia en la relación; simplemente ella responde a todo lo que su esposo hace al resistirlo sin comentarios y sin duda disfrutando de una risita con Dios, por ser una buena cristiana a expensas de su esposo.

Un ejemplo de la esposa rendida es una mujer que cuando su esposo toma el camino equivocado en la carretera, nunca le informa de su error y le deja conducir por medio día en la dirección equivocada ¿Vez la imagen?

Ustedes se preguntarán ¿Cómo se relaciona esto con el dominio femenino? Es decir, si no lo han deducido ya.

Bueno, voy a explicar lo que sucede en realidad.

Los seres humanos tienen un sentido muy fuerte por cuidar a criaturas que son indefensas, tenemos ese instinto porque nuestros descendientes son los seres más indefensos y dependientes en el reino animal. Proporcionalmente, nuestro instinto por ayudar a los indefensos es el más desarrollado en la tierra, es capaz de sobrepasar a nuestro instinto de supervivencia, hay muchos ejemplos de gente, mayormente hombres, sacrificando sus vidas por salvar otros.

Nuestro instinto por ayudar a los indefensos también sobrepasa nuestro instinto sexual, lo cual explica el porqué los cuidados partenales en la especie humana es tan evolucionado y común, instintivamente los hombres humanos se van a enfocar en cuidar de sus descendientes, preferiblemente por sobre buscar opciones sexuales. Hay excepciones para esta regla, pero estas excepciones generalmente prueban la regla.

Este instinto protector puede ser llevado un paso más adelante en los hombres, no sólo lo tienen, sino que son socializados por ver su identidad de género basada en ejercer ese instinto. El supuesto implícito en Mujeres y Niños Primero es que los hombres proveen al primer grupo y si no es así, entonces no son hombres, para utilizar una frase: “El cuerpo social de un hombre, “su identidad positiva en forma espiritual y social, es decir su conexión con la sociedad humana se basa en su habilidad y su voluntad en cumplir con las necesidades de aquellos percibidos como indefensos que si mismo.

Entonces, no sólo los hombres tienen un instinto por ayudar a los indefensos, sino que también tienen una fuerte compulsión social encima de ese instinto. Recuerden esto, la supervivencia misma del cuerpo social de un hombre, su identidad positiva de forma social y espiritual, su identidad, su conexión con la comunidad humana, se basa en que él se sacrifique por las necesidades de aquellos más indefensos que él mismo.

Ahora analicemos cuidadosamente como alguien puede explotar este instinto de manera agresiva.

Todo el mundo entiende que cuando la persona A pone una pistola en la cabeza de la persona B, la persona A tiene una presión enorme por hacer lo que la Persona B le diga, lo que la gente no reconoce tan rápidamente es que la persona A puede poner una pistola en su propia cabeza y al hacer eso, pone la misma o más presión en la persona B para que haga lo que ella quiera. En el primer escenario, la persona A está gatillando los instintos de supervivencia de la persona B, en el segundo escenario ella está gatillando sus instintos de protección. Funcionalmente ambas acciones son para poner tremenda cantidad de presión de coerción en un blanco al gatillar un instinto poderoso. El segundo escenario tiene el beneficio agregado de permitir que la persona A siga siendo “una víctima” impotente y que no esté lastimando a nadie, ella está amenazándose a si misma.

La realidad es que ella está lastimando furtivamente a la persona B a través del uso de fuerza coercitiva. De modo que mientras escuches (leas) el resto de este vídeo log (artículo), recuerda que gatillar los instintos de protección de una persona es una fuerza tan coercitiva como gatillar su instinto de supervivencia. Si lo necesitas, cada vez que me refiera a una mujer gatillando al instinto protector de un hombre, con un supuesto comportamiento sumiso, imagina entonces que ella se pone una pistola en su propia cabeza, o si eso aún no clarifica de forma suficientemente clara la naturaleza coercitiva de gatillar su instinto de protección, imagina que ella le pone una pistola a la cabeza de él.

Esta imagen no es descabellada porque un hombre falla en proteger a una mujer, su cuerpo social está en peligro, por lo tanta en cada momento en que ella gatilla su instinto de protección, también es un momento en que ella está amenazando la continua existencia de su cuerpo social, su conexión positiva con su comunidad.

Cuando una mujer se mete en el estilo de vida rendido o cualquiera de sus formas, incluyendo formas seculares y estoy segura que mucha gente reconocerá muchas de estas dinámicas en las relaciones seculares, en esencia ella está inflando impotencia para ser un parásito del instinto protector de su compañero y la supervivencia de su cuerpo social y de él para que provea para su impotencia. Mientras más impotente es ella, más se gatilla su instinto, más poderoso el gatillo y mayor es la amenaza implícita que ella dirige hacia su cuerpo social si él no provee para sus necesidades.

Si ella lo hace bien, ella puede mantener un nivel de impotencia aparente que puede sobrepasar al de un niño pequeño. Esto sucede porque ella posee el nivel de agencia relativo a un adulto, a pesar que ella no va a permitir que su esposo se beneficie de su excistencia y ella es capaz de evitar la torpe e incómoda comunicación de un niño pequeño. Entonces ella puede aparentar ser más inerte e incomunicativa y por lo tanto da la apariencia de ser más completamente impotente que un niño pequeño.

Piensa en lo emocionados que estarían los padres nuevos de no sólo tener que lidiar con todas las necesidades comunes de un recién nacido, sino que tener a un recién nacido que no tenga ninguna forma de comunicar esas necesidades. El niño es completamente silencioso y es incapaz hasta de llorar. Esto suena, superficialmente, como un alivio de no tener a un bebe gritón pero toma un momento en imaginar que tan mal se sentiría ser un padre nuevo con mucho miedo de no saber si lo están haciendo bien o mal o si no hacen suficiente o si hacen demasiado. No sólo la esposa rendida quiere que su esposo encuentre todas sus necesidades como si ella fuese un bebe recién nacido, ella lo incentiva con un terrible nivel de incertidumbre en él sobre si lo está logrando o no.

Es como no solo ponerle una pistola en su cabeza, sino que no explicarle las acciones que ella quiere que él tome para evitar que le vuelen los sesos.

Esto no deja espacio en la relación – y uso la palabra descuidadamente – para las necesidades y las vulnerabilidades del hombre. Tan sólo pregúntenle a cualquier padre de un bebe de tres meses como cuidar a un bebe ha afectado a su sentido de su ser y si son capaces de cuidar de sus propias necesidades. De hecho en el modelo de la esposa rendida, dado el hecho de que la compañera de un hombre se presume que es una bebe, no sólo no hay tiempo para atender sus propias necesidades sino que no hay otro adulto en la relación para atender las necesidades de él. (Y quiero que noten, atender las necesidades de tu compañero hombre no es sinónimo de darle quince minutos de sexo sin inspiración divina cada dos meses. Yo sé que esto será una sorpresa para algunas, pero cada hombre, es un ser humano, con su conjunto de miedos, inseguridades y cosas que lo ponen triste, tú sabes, vulnerabilidades).

Les daré un momento para que se recuperen de esa verdad impactante.

Ya que esto no es una relación entre iguales emocionales – es una relación de ama y esclavo emocional – una mujer tiene que mirar en otras partes para satisfacer sus necesidades emocionales de adulta. Es por eso que la gente que recomienda el modelo de la esposa rendida insisten que una esposa rendida tenga amigas mujeres.

La esposa rendida, por otro lado, es probablemente la única relación emocional de su marido, su única conexión verdadera con la humanidad. Probablemente esto la ayuda en el proceso de secuestrar su agencia como un alien-secuestracuerpos ya que no tiene otro camino para que él satisfaga sus necesidades emocionales. O ni siquiera tener una perspectiva externa de lo que le está sucediendo a él.

Otra pista sobre la verdadera naturaleza del fenómeno de la esposa rendida es que tan frecuente las mujeres conversan sobre lograr que sus esposos hagan exactamente lo que ellas quieren.

Tal y como un inteligente ADH notó, las limitaciones de una mujer son las obligaciones de un hombre. Mientras más impotente sea la esposa rendida, más él tiene que basar su vida en sacrificarse por ella. Hasta que no quede vida autónoma en él.

El resultado final de este caos emocional es que él se vuelve no más que un vehículo para las necesidades de ella. En ese contexto decirle a ella que debe de “obedecer” a su esposo se vuelve una farsa. No existe un ser autónomo para obedecer.

También es interesante como la gente que evangeliza el modelo de la “esposa rendida” parece asumir que una mujer que domina emocionalmente a su compañero – ya sea por abuso verbal o por invasión del estilo ladrones-de-cuerpos. Así es como deben de ser las cosas, eso es lo que se espera

Ya sea que sea una bruja abusiva o una mujerzuela que consume toda.

Pero existe una tercera posibilidad que es opuesta a las anteriores: una relación que sea mutuamente respetuosa en la cual la mujer está agradecida por la fortaleza de su esposo y es respetuosa de sus vulnerabilidades.

Con frecuencia malentendemos la naturaleza del modelo de la “esposa rendida” como algo que de alguna forma beneficia a los hombres porque están encerrados en ver el dominio en términos masculinos. Pensamos que el compañero dominante es el que toma las decisiones, cuando en realidad el compañero dominante es para quien se toman todas las decisiones. La compañera que está en el asiento del conductor, por decirlo así, es quien tiene sus necesidades encima de las de los otros. Y quien tiene sus necesidades encima de las necesidades de otros siempre es la que ha rechazado el instinto de proteger a otros. Es la miembro que es vista como la más débil del grupo.

También es el compañero quien es el que se beneficia principalmente de tener la relación.

Por otro lado, cuando una esposa respeta las vulnerabilidades de su esposo, por definición ella va a tomar el liderato cuando él es vulnerable. Pero son las necesidades de él, es la fuerza motivadora detrás de las decisiones ella hace mientras ella está liderando.

Es por esto que los esposos de las esposas rendidas son los compañeros subordinados en la relación. Las esposas nunca toman el liderato, por lo tanto ella nunca son líderes tomando decisiones motivadas por las vulnerabilidades de sus esposos.

En una relación igualitaria cada compañero recibe algo de “Yo,” en la relación con la esposa rendida sólo está “ella.”

Así es como terminas con una mujer quien deja  a su esposo tomar el camino equivocado en la autopista y no le dice nada mientras él se humilla a sí mismo conduciendo por horas en la dirección equivocada. Ella prefiere verlos sufrir antes que exponer su propia agencia y arriesgarse a soltar el poder que ella tiene sobre él.  Alternativamente ella no lo ve como un ser autónomo; sus errores son sólo un desastre, como una inundación o un tornado, que ella resiste para ganarse puntos con Dios.

No todas las esposas rendidas van a tomar esta dinámica tóxica al extremo de dominio emocional completo sobre sus esposos. Lo que digo es que la dinámica no provee protección para el hombre de una esposa quien si va a tomar al extremo esta dinámica tóxica.

Particularmente en la comunidad Cristiana, donde el esposo es hecho responsable de forma estricta por todo comportamiento de su esposa y por todo lo que pasa en la relación. “¿Por qué te quejas? ¿Acaso las suplicas divinas de tu esposa no son suficientes para ti?”

Y los hombres son particularmente vulnerables porque no se dan cuenta de las pistas sutiles que indican que una mujer está practicando este tipo de agresión psicológica en contra de ellos. Cuando un hombre “se rinde” es el fin de su poder, mientras que cuando una mujer “se rinde” es tan sólo el principio del poder de ella.

Analizando más, también puedes ver esta dinámica en muchas relaciones seculares no religiosas. La esposa quejona es tan sólo un subconjunto de la esposa rendida, excepto que como un niño pequeño, ella es mucho más vocal en cuanto a lo que requiere. Y puedes ver la misma dinámica coercitiva en algunas dinámicas políticas: Hacerte lucir como una víctima agrada al instinto protector de los hombres. Es el estilo de vida de “la esposa rendida” destila esta dinámica en su esencia más clara.

Y no, no estoy diciendo que es imposible que un compañero hombre explote a su compañera mujer al gatillar sus instintos protectores, simplemente no veo una subcultura entera dedicada a esto y tampoco veo expectativas culturales que apoyen esta dinámica.

De modo que para concluir, ¿Por qué la hija del sobreviviente la dice al televidente que “las mujeres son débiles” con un aire palpable de auto-satisfacción?

Permítanme traducir sus palabras del lenguaje de dominio femenino al lenguaje de dominio masculino, para que los hombres las reconozcan:

“La debilidad es mi arma, y tu muchachito, mejor será que te portes bien, porque mi arma es fuerte.”

Esto concluye el primer episodio de Vleaks.

Únanse a mí en el siguiente episodio llamado: “Mujeres en Grupos; ¿Maravillosas… O Guerreras?

Y con esto Typhonblue se despide.

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