Quiero continuar con nuestra serie aquí en “El Infierno de Chapin” ¡Un Caldero Andante! De comentarios políticamente incorrectos temprano en la mañana. Y a regresar a enfrentar los argumentos esenciales.
Hoy vamos a hablar del asunto de las feministas o, más específicamente, como deberíamos llamarlas. Por años he tratado de mantener, en mis artículos, una dicotomía estricta entre las feministas de igualdad y las feministas de género. La distinción es importante porque los comentaristas como Dahpne Batai, Christina Hoff Sommers y Wendy McElroy son nuestras aliadas. Ellas creen en la igualdad entre hombres y mujeres, por eso el nombre feminista de igualdad, por esa definición yo caigo en sus rangos porque no añoro ser el señor de nadie, todo lo que deseo de una sociedad es ser libre de ser mandoneado por nadie. De la misma forma en la que no quiero dominar a ninguna mujer, tampoco toleraría a una mujer que me domine y se que muchos de ustedes se sienten de la misma forma.
En contraste está la feminista de género o la supremacista femenina. Estas son las trolls que manejan la burocracia esponjosa y no deseada y traen desigualdades y me refiero a la mayoría de las feministas. Nunca se esfuerzan por la igualdad, lo que buscan se llama “Privilegio Femenino” y la creación de un matriarcado. Ellas se preguntan: ¿Por qué los hombres no pueden ser como las mujeres? Y ¿Por qué el gobierno no puede intervenir para resolver cada uno de mis “Problemas”? Cuando dicen problema se refieren a cualquier inconveniente. En su esencia son profundamente estatistas y totalitarias en su perspectiva. Si nuestro país llega a adoptar el “Mercado Libre” en oposición al estado que tenemos ahora lleno regulaciones vergonzosas, ellas ya no recibirían fondos y por lo tanto dejarían de existir.
Todavía hay más, si es que acaso sus trabajos se vuelven condicionales en cuanto a productividad y eficiencia, ellas estarían más quebradas que el esquizofrénico que demanda caridad en frente de la estación de la Unión.
Siempre me ha molestado el término “feminista”, ese término les pertenece a ellas; entonces ¿Por qué las llamamos con el término de ellas? Desafortunadamente a mi también se me resbala este término todo el tiempo. Ellas no tienen una distinción entre su odio y las mujeres legítimas que les gustaría ver igualdad en este país.
La gente de los estudios de mujeres llamaría a Christina Hoff Sommers: un hombre o una conservadora, ellas no la llamarían: una mujer. Por lo tanto propongo que cambiemos nuestros hábitos ¡Empezando en este momento! Y empecemos a llamarlas por términos más precisos, yo prefiero femi-supremacistas o femi-fascistas; yo no las llamaría feministas, ese término no les hace justicia. Recuerden que fascista es un opuesto de libertario, puesto que las feministas lobean perpetuamente por un estado gubernamental que premie todas sus deficiencias, por lo tanto son fascistas en toda la definición del término.
Estas son las gorgonas que crearon leyes como las que hay en Wisconsin respecto a acoso visual y la infame ordenanza de violación de Minneapolis. Son controladoras obsesivas a nivel enfermizo, que añoran reestructurar cada aspecto de nuestras vidas.
Yo digo que se las traguen, llamemos palas a las palas, viciosas a las viciosas. Ellas creen con devoción que las mujeres son superiores a los hombres y quieren que aprendamos de sus estilos de vida neuróticos y miserables. Si nos atrevemos a estar en desacuerdo nos atacan como si fuésemos gente llena de odio, nos quieren despedidos y desplumados y que nos saquen del pueblo mientras cargamos a dos muñecas barbie.
Necesitamos cambiar y he estado pensando en esto durante mucho tiempo. Mientras exploraba el Internet, encontré la palabra femi-fascista aparecer 877 veces, mientras que femi-supremacista apareció sólo 8 veces. Ahora, yo no inventé ninguno de los dos términos, sin embargo quiero darle el crédito a Glenn Sacks y también a mensactivism.org quienes usan femi-supremasista 4 de las 8 veces que apareció en Internet. En todo caso, creo que deberíamos incrementar el uso de ambos términos.
Esta es mi opinión, aquí en el infierno de Chapin “Nosotros reportamos, tú decides”. De modo que déjenme saber en la sección de comentarios que piensan de estos dos términos y que piensan en cuanto a que si deberíamos usarlos.
Les deseo un buen día.
yo las llamo feminofascistas.
ResponderEliminarhttp://feminofascismo.blogspot.com/
Yo creo que la palabra feminista no tendría ni que existir.Una palabra que busca igualdad de genero, haciendo referencia solo uno de ellos, mmm no creo que sea la correcta.
ResponderEliminarestoy muy de acuerdo con SANTIAGO, el termino feminista no debería existir ya, porque hace referencia al genero femenino, y eso hace que se adjudiquen la justicia y la igualdad las mismas mujeres ignorando a todos los hombres, cuando fueron las feministas las que empezaron a esparcir su misandria por medio de instituciones u organizaciones apoyadas por el gobierno con dinero de muchos hombres voluntarios.
ResponderEliminarEl nombre del feminismo se le ha adjudicado al movimiento de las mujeres y hasta ahora sigue siendo sexista, sesgando manipulando la información a su conveniencia para sus propios intereses ignorando y culpando a los hombres, por lo tanto un movimiento de igualdad no debe llamarse feminista. A mi parecer no hay que luchar por la igualdad de las mujeres pues la igualdad ya la han tenido desde hace varios años, lo que ahora pelean es que se les de el mismo crédito que a los hombres sin hacer lo mismo y con privilegios y especial cuidado por ser mujer con apoyos de los gobiernos y de los mismos ciudadanos. Por ejemplo una mujer que va a la guerra debe hacer lo mismo sin esperar recibir ayuda de un hombre y estar al frente de batalla donde es la zona de peligro y no en la zonas mas seguras donde hay poca probabilidad de enfrentamiento, para que entonces puedan tener el mismo merito que los hombres, porque reflejado esta, los hombres son los únicos que mueren y dan sus vidas en sacrificio y tienen peor calidad de vida pero no hay ningún organismo que los atienda exclusivamente a ellos y sus problemas ni los incentive a ser mejores, como lo hay con las mujeres, ni mucho menos existen campañas que den una identidad verdaderamente positiva a los hombres, solo abundan lo negativo, como antivalores y estereotipos que los rebajen y humillen cuando son con la mujer, para afirmar la imagen de la mujer.
De igual manera en los trabajos sin tener consideraciones por ser mujeres, ni incentivos especiales por ser mujeres, como lo hacen con campañas para motivar e incentivar a las mujeres, etc, si no lo hacen con los hombres tampoco con las mujeres, de esa manera pueden tener el mismo merito, de lo contrario no.