Un hombre con parálisis cerebral, incapaz de controlar los movimientos de su cuerpo se enfrenta a una demanda de acoso sexual por parte de una mujer. Por supuesto él es un hombre y en teoría feminista un opresor natural y la que lo demanda es una mujer y en teoría feminista es una victima natural.
Este caso es simplemente ridículo ¿a quien se le ocurre que alguien con parálisis cerebral va a ser responsable por haberla tocado?
En un mundo racional y lógico, las personas con discapacidades reciben un trato especial. La compasión debe de tener prioridad sobre las ideologías feministas.
Sin embargo parece estar prohibido sentir compasión por los hombres incluso cuando se trata de hombres con discapacidades.
El problema es que las leyes que regulan el acoso sexual son demasiado ambiguas, todo se basa en lo que la víctima siente. Los hechos no son tan importantes, por algo es muy raro ver pruebas en este tipo de juicio. Las intenciones del demandado no son importantes tampoco. Se basa en conceptos arcaicos de oprimido y opresor.
En la época de la esclavitud, la gente negra sabía que estaban siendo oprimidos y explotados. En esta época, la mayoría de los hombres todavía cree que este es un mundo dominado por los hombres y en el peor de los casos se sienten como los opresores. Lo que es frustrante es que incluso en aquellas ocasiones especiales en las que se despiertan y huelen la misandria, no son capaces de hacer la conexión entre el odio y la mano fría del feminismo.
El siguiente video describe la situación.
Traducido por comeranas100
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